Los cuatro detenidos por la reyerta sucedida al mediodía de anteayer en la calle Lasierra Purroy del barrio zaragozano de Torrero pasarán a disposición judicial, tras haber rechazado declarar ante la Policía. La única excepción fue la mujer arrestada, que a diferencia de su marido, su hijo y su sobrino sí quiso aclarar que ellos no hicieron nada. Aseguró que fue la otra familia implicada, las supuestas víctimas, la que les detuvo y agredió cuando "pasaban por allí".

La Policía, sin embargo, considera que fueron los arrestados quienes, tras un rifirrafe previo entre uno dos jóvenes de las familias de etnia gitana implicadas, se trasladaron a la casa. Llevaban una escopeta que les encontraron en el coche y palos, con los que hirieron a un hombre en la cabeza y a una viandante con un perdigón perdido. Pero ningún herido lo fue de gravedad. El motivo de la agresión podrían ser rencillas por problemas en el negocio de la chatarra.

El registro de la vivienda de los detenidos no reveló al parecer nada de interés.