El pasado mes de septiembre, 236 familias que residen en Arcosur recibieron una carta que les ha dejado helados y al borde del embargo de sus viviendas. La junta de compensación les reclama el pago de una deuda que supera los 600.000 euros, correspondiente a su parte alícuota de los costes de urbanización del sector que, como propietarios, debían haber satisfecho. Y ellos aseguran que los desconocían. Al menos eso defienden los afectados, todos cooperativistas de cuatro bloques de pisos que se levantaron en el paseo de los Arqueros -los números 15 y 21- y en Invasores del Espacio. Les llega cinco años después de recibir sus casas de manos de la empresa que gestionó su promoción, Salas & Vecín, que liquidó la comunidad de bienes sin dejar a cero las cuentas con la junta de compensación.

Ahora se tienen que enfrentar, como comuneros de la propiedad, al pago de unos 2.000 en el caso del llamado sector E-35, que agrupa a 174 hogares en el paseo de los Arqueros, y de hasta 4.500 por cabeza para otros 62 que habitan en el N-8 de Invasores del Espacio. De hecho, como cooperativistas que son, sus deudas son distintas y el número de vecinos en la comunidad para afrontarlas, también. Y es que la primera promoción adeuda, según la misiva, 357.081,59 euros, a repartir entre 174 pisos. La segunda suma en torno a 280.000 pero son 62.

¿LO SABÍAN? // Esta es una comunidad que no ha dejado de sufrir reveses. Ahora, después de abonar 50.000 euros cada una y de, para entrar a vivir, tener que firmar una hipoteca con La Caixa de unos 150.000 euros de media, parece que no ha sido suficiente para costear una operación que, entre la construcción del edificio y los costes correspondientes de la urbanización, estaba cifrada en unos 40 millones de euros. Cantidad que, como cooperativa, iban a asumir los comuneros. Y ellos aseguran que así lo hicieron, que esta deuda era absolutamente desconocida para ellos.

La junta de compensación no comparte esa afirmación. Su presidente, Antonio Olmeda, aseguró a este diario que se les ha notificado «varias veces» en los últimos cuatro años y que esta carta de septiembre solo es la última. Cualquiera podría interpretar que, con todas las deudas que han acumulado muchos propietarios del suelo de Arcosur durante años, que algunos de ellos son grandes constructoras y promotoras inmobiliarias de Zaragoza, y que han acabado, en muchos casos, en quiebra o concurso de acreedores y sin pagar, reclamar esa deuda a las 236 familias es cebarse con estos cooperativistas.

Pero Olmeda afirmó que solo obedece el mandato de la asamblea de propietarios, que «recientemente aprobó reclamar la deuda a todos los morosos por la vía de apremio» y que estos son «los únicos que no lo han hecho». Un requerimiento que, añadió, se debe a las medidas «drasticas» que los bancos, a su vez, le han obligado a adoptar a la propia junta de compensación, dado que tiene suscrito un crédito de «más de 30 millones de euros» que, sin estas cantidades impagadas, sería imposible seguir afrontando.

La situación es dramática en lo económico para todo el sector, no solo para estas 236 familias y, de hecho, algunos promotores también morosos se han visto obligados a pagar en especie, con suelos, a una junta de compensación que, según Olmeda, tiene suelo «como para levantar 700 viviendas» en este barrio del sur de Zaragoza. Y esta es «la única cooperativa que no ha satisfecho su deuda».

PAGAR O NO PAGAR // La pregunta que se hacen estas familias es obvia: ¿Y si no pagamos? La respuesta de Olmeda no deja lugar a dudas: «Si no pagan habrá que embargarles sus casas. Lo que no puede ser es que unos paguen y otros no». Así que ahora serán los abogados, de una y la otra parte, los que tendrán que explorar posibles soluciones o este imprevisto acabará mal.

Así que todas las miradas ahora de las familias afectadas apuntan en una sola dirección: Salas & Vecín. Se preguntan qué hizo con el dinero que se suponía que iba a cubrir todos los costes de la operación; por qué no informó en el momento de la liquidación de la comunidad de bienes que esta deuda con la junta de compensación estaba sin saldar; y por qué ahora no les atiende. Porque está desaparecido para todos: no responde ni a la junta (los primeros requerimientos los recibió esta firma), ni a los cooperativistas, que ahora se quedan como los únicos responsables de la deuda.

Ellos aseguran estar dispuestos a llegar hasta donde haga falta y a reclamar responsabilidades, incluso penales, a quienes les han llevado a este punto, pero ahora temen por sus hogares, esos que tanto sufrieron para recibir a finales del 2012 -con un apaño político en el ayuntamiento incluido-, aunque obtuvieron la cédula de habitabilidad en febrero del año siguiente. Porque esa tranquilidad les ha durado menos de cinco años.