Uno de los apartados que no variarán, haya o no presupuesto en el 2019, es el pago a los bancos por una deuda a largo plazo que llevará a Zaragoza a retroceder a niveles previos a la Expo del 2008. Se podría decir que, una década después, la capital aragonesa puede dar por enjugado el esfuerzo económico que le supuso la muestra internacional y regresar a finales del año próximo a una deuda viva de unos 660 millones de euros, el «86% de los ingresos». Eso sí, sin contar con el cómputo de los que se captaron para la construcción del tranvía, que llevó al Ministerio de Hacienda a prohibir la captación de nuevos préstamos. Un veto que deja en el aire los 32,87 que se pensaban solicitar en el próximo ejercicio y que reduciría la amortización neta a los 57,3.

El Gobierno central sigue sin pronunciarse sobre ese hándicap para las cuentas pese a que, tras la última reunión en Madrid, aseguró de forma verbal que solo 60 o 70 millones de los más de 200 se tendrán que añadir a la contabilidad municipal. Aun así, Zaragoza no rebasaría el 110% que marca el límite legal para mantener esa prohibición.

Aunque la ciudad ya ha acreditado formalmente un concepto que no incluía en sus cálculos, el IVA abonado por las obras de construcción del tranvía, y que ascendió a 42.322.238,33 euros entre los años 2009 y 2013. Eso reduce el global de la propia deuda a incluir en el cómputo y ya está en manos de la Oficina Nacional de Contabilidad (ONC).

Con todo, el pasivo financiero mejora sustancialmente y, sin contar con la deuda del tranvía, dejaría el crédito pendiente de amortización por debajo de los 690 millones con los que se inició el año de la Expo. Y con otro escollo importante en vías de solución: el préstamo de Zaragoza Alta Velocidad. Fuentes municipales explicaron que la sociedad, que comparte con el Ministerio de Fomento (50% del accionariado) y la DGA (25%), está preparando los pliegos para lanzar la subasta de suelo más importante de la última década. Esta podría adelantar la liquidación del crédito a largo plazo en «dos o tres años».

Se sacará a la venta el suelo del Portillo y del barrio del AVE, y a Zaragoza le restan 70 millones que devolver hasta el 2025, 10,7 en el próximo ejercicio. Se ha recuperado el interés de las empresas y esa inyección de ingresos solo servirá para reducir deuda.