POR

ADRIANA OLIVEROS

Cientos de mujeres se sumaron ayer a la celebración de Santa Agueda, una devoción que tira más que dos carretas. En Zaragoza, la jornada comenzó para muchas (para la lupa también) con la visita a las reliquias de esta mártir y virgen (además), en la parroquia del Portillo, rodeada estos días de zanjas y obras. Solución: un caminito de vallas amarillas, al estilo Mago de Oz, que recorría iglesia y alrededores, ordenando a la marabunta de devotas. Todas, muy arregladas en su día y dispuestas a disfrutar de las reliquias de la santa, que vendían Aurora Yagüe, Luisa Bobadilla, Tania Cepero, María Pilar Fandos y María Canalda, al grito de "tetas, tetas de nata y chocolate". Las filas daban pie al comentario. Y reunían a dúos (como el de Alicia Gustrán y Lucía Allué) y tríos (en el caso de Rosario Hernando, María Nieves Gil y Francisca Martínez) de mujeres dispuestas a cumplir con "lo mandado" y a salir en la foto. En la puerta del templo, dos voluntarias de la Asociación de Cáncer de Mama (AMAC), Rosa Rambla y Pilar Muñoz, repartían lazos rosas y ofrecían información. Dentro de la iglesia, los voluntarios de la parroquia echaban el resto para que todos pudieran besar la reliquia de la santa, custodiada por Josefina Galicia y Elicia García. Incluso el párroco, Manuel Liarte, se turnó con su antecesor, Daniel Ortega, con el excoadjutor, Ismael Alcázar, y con los vicarios, Felipe Carrera y Luis Fernández, para oficiar las sucesivas misas en honor a esta santa, patrona del género femenino. Tras la parte religiosa y el agasajo dulce, el resto de la jornada derivó a lo pagano. Ya saben, fiestas (más o menos calentitas), cenas sólo para ellas y demás. Pero eso es harina de otro costal.