El Gobierno de Aragón aplicará medidas «paliativas» para tratar de mitigar la sangría que vive el merado laboral como consecuencia de la pandemia. Así lo recogerá la Agenda Aragonesa de Empleo, que la DGA está negociando con los agentes sociales, un plan que de manera inmediata buscará adaptar y recualificar profesionalmente a las personas que han perdido el trabajo o se están en un erte sin visos de reincorporarse a su puesto. Los colectivos prioritarios serán los más afectados por la crisis sanitaria, como son los parados de larga duración, los jóvenes de menos de 35 años, los mayores de 45 y las mujeres. Todo ello, sin perder de vista otras acciones pensadas para la recuperación posterior al coronavirus.

Estas serán las líneas maestras de la hoja de ruta en materia de empleo que seguirá el Ejecutivo autonómico hasta el año 2023, según informó ayer la consejera de Economía, Planificación y Empleo, Marta Gastón, quien reconoció que las medidas no serán la «panacea» dados los limites presupuestarios de la comunidad autónoma y la profundidad de la crisis. Así lo señaló tras reunirse con los máximos representantes en Aragón de las patronales CEOE y Cepyme, Ricardo Mur y Aurelio López de Hita, y de los sindicatos UGT y CCOO, Daniel Alastuey y Manuel Pina. Hace un año, la DGA y los agentes sociales tenían ya prediseñado el plan, pero quedó paralizado con la pandemia, que lo ha trastocado todo también en el ámbito laboral. «Estos meses tan duros nos han servido de aprendizaje en toda la planificación», explicó Gastón.

El programa, cuyo presupuesto todavía no se conoce, se organizará en dos marcos temporales. En el primero y más inmediato se hará frente a los problemas más urgentes que está planteando la pandemia en el empleo, con acciones y planes con «capacidad de adaptación» según cuál sean las necesidades y el impacto que las restricciones sanitarias tengan en el mercado laboral aragonés, dado lo imprevisible que es la evolución de la pandemia en los próximos meses.

Formación tutorizada

Gastón destacó que los colectivos «que peor lo están pasando» son los mismo de que de forma estructural son los «más vulnerables», como los parados de larga duración, los jóvenes, las mujeres y los mayores de 45 años. El numero de afectados de este primer grupo de población, recordó, se ha disparado un 65% en el último año y ya representa el 41,5% de los 85.158 desempleados que tiene la comunidad al cierre del pasado mes de enero. Otro tercio son menores de 35 años, entre los que el paro se ha incrementado un 38%.

Por todo ello, uno de los principales objetivos a corto plazo de la Agenda Aragonesa de Empleo será elevar la inserción laboral de estos colectivos mediante la formación, con la que se tratará mejorar la empleabilidad. Una manera de hacerlo serán itinerarios formativos y programas tutorizados que permitan reconducir las capacidades y competencias de quienes están en el paro o en un erte a fin de favorecer su recolocación, por ejemplo, en sectores en crecimiento como la agroindustria, las renovables o la logística. De esta manera, las primeras acciones serán el lanzamiento de convocatorias de garantía juvenil.

La consejera recalcó que la DGA y los agentes sociales coinciden en el enfoque y en la necesidad de articular planes y medidas que sean «útiles y eficaces». Otra de las patas de la iniciativa serán los estímulos a la contratación, ya que los «creadores de empleo son las empresas», recalcó, y la mayoría de estas están ahora en un «fase de resistencia» y no tienen capacidad de generar empleo.

Por su parte, Aurelio López de Hita, de Cepyme, reconoció el trabajo de la DGA para afrontar esta crisis, aunque advirtió del problema de los pequeños empresarios «que van a acabar en la ruina». «Habrá que atenderlos no solo antes de cerrar, sino después, para recualificarles y reconducirles para una situación laboral para lo que no están preparados», apuntó.