El Gobierno de Aragón complementará las cantidades que aporten el resto de las administraciones para paliar los desperfectos de todo tipo que se produjeron como consecuencia del desprendimiento del cerro de Pui Pinos en Alcañiz, según confirmó ayer el consejero de Presidencia del Gobierno de Aragón, Vicente Guillén.

El responsable autonómico mantuvo una reunión con el alcalde de Alcañiz, Juan Carlos Gracia Suso, para establecer las posibilidades de ayuda como consecuencia del desprendimiento, tanto en el caso de las infraestructuras como en lo que se refiere a las familias desalojadas.

El consejero Guillén adelantó que el Gobierno de Aragón podría aportar ayudas a través del Fondo de Contingencia, dotado con 14,3 millones de euros en los Presupuestos del 2017.

En estos momentos, los técnicos están evaluando los daños de todo tipo. Será a la finalización de este estudio y con la declaración de zona catastrófica confirmada por el Gobierno de España cuando se constituya una mesa en la que participarán todas las administraciones implicadas: Ayuntamiento de Alcañiz, Diputación Provincial de Teruel, Gobierno de Aragón y Gobierno de España.

«Ahora es pronto para cuantificar estas ayudas. Esperaremos las valoraciones técnicas, la tramitación del expediente de zona catastrófica y con todos los datos constituiremos una mesa para la gestión de las ayudas», manifestó Guillén.

El Gobierno de Aragón participará como lo ha hecho en otras ocasiones, tanto en los daños materiales como en lo que se refiere a la aportaciones a los vecinos, aseguró el consejero. Será en el marco de esa mesa donde estarán presentes todas las administraciones en la que se cuantificarán las ayudas.

El deslizamiento de la ladera del cerro de Pui-Pinos cogió por sorpresa a los residentes de la parte baja, pero afortunadamente no se produjeron daños personales, si bien los desperfectos fueron cuantiosos y llevará mucho tiempo arreglarlos.

Al parecer, a falta todavía de un estudio profundo, las lluvias han ido debilitando y minando las laderas del cerro, que han ido cediendo al reblandecerse.

Por este motivo, la avalancha estaba compuesta por tierras y piedras mezcladas que se desprendieron con inusitada violencia sobre los inmuebles, situados en la carretera que circunda la montaña, en la que se eleva el castillo de la Concordia.