El Gobierno aragonés ha iniciado una ronda de contactos con las empresas de aventura para tratar de consensuar un Plan de Protección de la Rana Pirenaica, una vez desechado el borrador inicial presentado a causa de las críticas recibidas por los distintos sectores afectados.

El primer encuentro se celebró ayer en Huesca y reunió en la misma mesa al jefe del Servicio de Biodiversidad de la Dirección General de Sostenibilidad del Gobierno de Aragón, Manuel Alcántara, con representantes de la asociaciones de Empresas de Turismo Deportivo en Aragón y Española de Guías de Montaña.

Según informa el Gobierno aragonés, esta es la primera de una ronda de contactos que proseguirá en dos semanas con la Federación Aragones de Montañismo (FAM).

Una vez consultado el sector empresarial, se prevén mantener reuniones con los ayuntamientos y organismos locales interesados en la elaboración de un plan que recoja "los intereses de la mayoría y siempre desde el respeto al medio ambiente", según las citadas fuentes.

En la primera de la reuniones, el responsable de Biodiversidad del Ejecutivo autonómico ha solicitado a las empresas información cartográfica de los barrancos explotados a nivel turístico para cotejarla con la que la administración maneja sobre la especie a proteger.

Se les ha pedido a las empresas información concreta no sólo de los barrancos, sino de los lugares de acceso, grado de utilización, y fechas de desarrollo de la actividad, todo con la finalidad de modular la actividad deportiva sin perjuicio de la conservación de la rana pirenaica y de otras especies protegidas.

Asimismo, se han abordado cuestiones como la organización de los grupos que practican el barranquismo o con la limpieza de los trajes de neopreno, ya que, según dichas fuentes, existe un hongo muy dañino para la especie que puede transmitirse a través del neopreno.

La administración valora la "receptividad" mostrada por ambas partes de cara a trabajar en la elaboración de un plan que proteja a un anfibio que se localiza exclusivamente en el Pirineo y está catalogado como especie amenazada en Aragón.

En los últimos años se ha producido una drástica disminución de su población, puesto que en el 40 por ciento de las localidades estudiadas presenta una baja densidad o incluso ha desaparecido.