El Gobierno de Aragón anunció ayer que nueve edificios Expo han sido catalogados como Bien de Interés Cultural (BIC). Una noticia tras la que se esconde un ahorro de más de un millón de euros para las arcas autonómicas, los que tiene que pagar cada año por el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI). Un tributo que ya no tendrá que pagar por el Pabellón de Aragón, el Acuario, el Palacio de Congresos, el Pabellón Puente (aunque este se lo repercute a su gestora, Ibercaja), la Torre del Agua, el Puente del Tercer Milenio y la Pasarela del Voluntariado. Y, de paso, beneficia también a Zaragoza Urbana al incluir al hotel Hiberus, y al Gobierno central, por añadir el Pabellón de España.

Fuentes del Gobierno desmintieron que la medida se deba a la intención del Ejecutivo de ahorrarse el pago del IBI --1,8 millones al año--. Destacaron el valor emblemático de estos edificios, aunque sí detallaron que la DGA debería pagar por cada uno de ellos entre 100.000 y 200.000 euros. Desde el Pignatelli descartaron que esta medida, anunciada hace ya más de un año a través del Boletín Oficial de Aragón, enrarezca las ya de por sí delicadas relaciones entre el consistorio y el Pignatelli. Se insistió en que la declaración como Bien de Interés Cultural es una potestad que tiene el Gobierno para preservar el patrimonio de la comunidad y que por ello no es necesario ningún tipo de negociación con el ayuntamiento.

EL CONSISTORIO Son, en total, unos 1,8 millones de euros que dejará de ingresar el Ayuntamiento de Zaragoza por el IBI, principal damnificado por esta decisión y que ayer criticó con dureza por considerarla "unilateral e injustificada" que "solo persigue beneficios fiscales". Un revés que, no hay que olvidar, viene precedido por la petición formal desde el consistorio al Ministerio de Hacienda de cobrar las deudas pendientes de la DGA, entre las que se incluyen los impagos de tributos por estos mismos edificios, y hacerlo descontándole los más de 8 millones que debe de su Participación de los Ingresos del Estado.

La decisión de Patrimonio deja en nada las alegaciones del ayuntamiento a la catalogación propuesta. En realidad, solo ha conseguido dejar en nueve inmuebles un listado que incluía a diez edificios del recinto Expo cuando se inició el expediente. Fue el 28 de diciembre del 2012, en un momento en el que se daba un plazo de 18 meses para adoptar una decisión y que vencía ahora.

El excluído es el cubo de cristal diseñado por Manuel Tobías que, en su día, servía de sede a la sociedad Expo Zaragoza Empresarial, de la que la DGA tiene el 97,5% del accionariado y que adeuda esos más de ocho millones en tributos. Ahora ya no se aloja allí, pero sí el Inaem, también del Ejecutivo aragonés. Pero al inicio denunció esos beneficios fiscales que escondía esa estrategia de la DGA, en un momento en el que, además, las tensiones entre ambas instituciones eran palpables por las deudas mutuas.

Y es que, a juicio del ayuntamiento zaragozano, es evidente que esa es la motivación de la catalogación de estos edificios. Sobre todo por la inclusión del hotel Hiberus entre los inmuebles que se consideraba merecedor de ser BIC solo por tener un diseño que estaba en armonía con el entorno y con el Ebro, pero que beneficiaba a la iniciativa privada y suponía un peligroso precedente además de un agravio con respecto a otros hoteles de la capital.