El Gobierno de Aragón ha declarado los actos conmemorativos del Compromiso de Caspe como Fiesta de Interés Turístico, lo que supone el anhelado impulso que los caspolinos esperaban para ayudar a difundir cada vez más una recreación que nació hace siete años como una pequeña obra teatral, y que se ha convertido en un acontecimiento de gran calado turístico en el que de una manera u otra está implicada, de forma altruista, la mayor parte de la población.

A lo largo de estos siete años las actividades en torno a la conmemoración del Compromiso , siempre en torno al 28 de junio, se han multiplicado de modo exponencial: cuentacuentos, mercadillo medieval, conciertos de música aragonesa, conferencias y, desde el año pasado, otra representación que evoca la llegada a Caspe de los compromisarios con sus séquitos.

IMPLICACION DEL PUEBLO Manuel Bonastre, concejal de Patrimonio en el consistorio caspolino, recuerda que el pueblo ha ido implicándose en las fiestas de modo continuo, "confeccionándose sus vestidos, con un rigor exquisito; acudiendo a las charlas, a las representaciones y, en definitiva, haciendo suyo el legado que nos dejaron nuestros antepasados".

Bonastre recalca que para adquirir la declaración de Fiesta de Interés Turístico se ha realizado un importante esfuerzo, especialmente desde el punto vista documental. "Hemos buceado en muchos textos ya no sólo para constatar el hecho histórico, sino para demostrar que de una manera u otra la recreación del Compromiso se ha realizado en Caspe desde al menos 1912".

Ahora, con esta declaración hecha por el Gobierno aragonés, estos actos van a gozar de más ayudas y subvenciones. Pero Bonastre recalca que no es momento de "dormirse en los laureles", sino de seguir trabajando. "Hay que involucrar más a las peñas, recuperando leyendas y tradiciones locales, como la fiesta pagana de la noche de San Juan, y, también, tratar de entrar en la Asociación Española de Fiestas y Recreaciones Históricas (AEFH), lo cual supondría formar parte de un circuito muy interesante", comentó el concejal.

Con todo, hay una espina clavada en el pueblo: falta por rehabilitar el Castillo del Compromiso, el marco en el que en 1412 se llevaron a cabo las deliberaciones previas al célebre fallo de San Vicente Ferrer. A ocho años del VI Centenario del famoso Parlamento, el castillo no es hoy sino una masa informe de piedras y cemento. Bonastre confía en que el nuevo estatus adquirido por la fiesta ayude a impulsar de una vez la recuperación del legendario enclave.