La localidad de Ejea de los Caballeros, en el corazón de la comarca de las Cinco Villas, es desde esta medianoche el primer municipio aragonés en afrontar un confinamiento perimetral. La drástica decisión, adoptada ayer por la DGA y publicada en el Boletín Oficial de Aragón (BOA), se toma tras detectarse un incremento considerable en las últimas semanas de los casos de coronavirus. En apenas un mes, los contagios se han multiplicado por siete, pasando de 20 positivos en la primera semana de agosto a los últimos 146 notificados.

Esta negativa evolución epidemiólogica conlleva también el retroceso a la fase 2 de la localidad, pero sin duda la medida más dura que conlleva el confinamiento es la prohibición de las entradas y salidas del municipio. Estas solamente estarán justificadas para casos excepcionales relacionados con cuestiones laborales, sanitarias, educativas, el cuidado de mayores o dependientes y situaciones de fuerza mayor. Para ello habrá controles policiales en los accesos. En lo que respecta al interior de la localidad, se permite la circulación, pero se recomienda evitar los desplazamientos y actividades no imprescindibles.

Actualmente, en Ejea de los Caballeros (y en sus barrios pedáneos) hay una tasa acumulada de 800 casos por cada 100.000 habitantes, un dato que lo convierte en el territorio más afectado ahora mismo de todo Aragón, donde la incidencia en el conjunto de la comunidad en la última semana es de 270 afectados por cada 100.000 habitantes.

De momento, el confinamiento y la restricción de los viajes al municipio cincovillés se prohíbe durante una semana, pero la medida podrá ser prorrogada una semana más.

Cambio de perfil / La mayor parte de los casos, según explicó ayer la consejera de Sanidad, Sira Repollés, están vinculados a brotes comunitarios que tienen relación directa con la celebración de eventos sociales y reuniones familiares, fruto de las llamadas no fiestas. Este tipo de actos, prohibidos oficialmente pero que se han seguido celebrado de manera espontánea por parte de los ciudadanos, ha conllevado la expansión del virus y ha desatado una preocupación institucional y ciudadana por la irresponsabilidad de algunos sectores.

En los últimos días, más del 60% de los casos se relacionan con celebraciones y espacios de ocio compartido en el que pesan los grupos de edad entre 15 y 55 años.

No solo ha sucedido en Ejea, en otros pueblos como Tauste, Pradilla o Alagón también se tiene constancia de que se han dado casos vinculados a este tipo de ocio y la consejera ya adelantó que si la situación no mejora, se aplicarán más confinamientos perimetrales. «En el caso de Ejea, hace unas semanas los casos se relacionaban con residencias, pero ahora el perfil ha cambiado a edades más jóvenes y a contagios vinculados a eventos sociales. Es evidente que se ha desatado un patrón y debemos poner freno y tomar medidas», señaló el director general de Salud Pública, Francis Falo.

La diferencia que ha llevado a la DGA_a decretar el confinamiento en Ejea de los Caballeros y no hacerlo, a principios del verano, en las comarcas de la Franja recae principalmente en que ahora los contagios están vinculados a un ámbito festivo y, en el caso de las zonas del Bajo Cinca, Cinca Medio o La Litera, lo estaban a una cuestión laboral. «Los confinamientos perimetrales no afectan a lo laboral, de hecho en Ejea se puede salir y entrar para ir a trabajar. Además, la diferencia es que ahora todo está concentrado en una misma localidad», precisaron fuentes del Departamento de Sanidad de la DGA.

Más endurecimiento / Este primer confinamiento en Aragón durante la segunda oleada del coronavirus se produce tan solo un día después de que el Gobierno de Aragón anunciará un endurecimiento de las sanciones para aquellas personas que tengan actitudes irresponsables y celebren botellones (muchos vinculados también a las no fiestas) o no hagan un uso correcto de la mascarilla. En este sentido, los servicios jurídicos del Ejecutivo redactan un decreto ley, que se publicará en los próximos días, donde se establecerán multas de hasta 60.000 euros para quienes organicen un botellón (prohibido desde hace una semanas) y de hasta 3.000 para quienes no lleven la mascarilla, obligatoria en todo Aragón.