El Consejo de Gobierno de la DGA aprobó ayer un gasto plurianual de 12 millones de euros para la construcción y puesta en funcionamiento de sendas depuradoras en los municipios pirenaicos de Ansó, Hecho-Siresa y Sallent-Formigal, pendientes desde hace más de una década.

El consejero de Presidencia, Vicente Guillén, explicó en rueda de prensa que la depuradora de Ansó dará servicio a una población que en la temporada alta de verano ronda una carga contaminante de 1.900 habitantes y que tiene un elevado número de puntos de vertido.

Toda la instalación irá alojada en un edificio para minimizar el impacto visual (al igual que las otras dos depuradoras) y contará con un presupuesto de construcción y de mantenimiento en su primer año de funcionamiento de tres millones de euros.

La misma cantidad irá destinada a la depuradora de Hecho-Siresa, situada aguas abajo de Hecho y pensada para una carga máxima de 3.000 habitantes equivalentes en temporada alta.

Por otro lado, la depuradora de Sallent-Formigal dará servicio a ambos núcleos de población y se situará junto al embalse de Lanuza. Contará con un presupuesto de seis millones de euros para las obras y el mantenimiento del primer año de operación. La licitación de estas depuradoras se iniciará a lo largo de este mes de mayo y tendrán un plazo de construcción de 24 meses.

Asimismo, está previsto que el Instituto Aragonés del Agua (IAA) se reúna en comisión de seguimiento con el Ayuntamiento de Benasque a lo largo de este mas para analizar el estado de tramitación del proyecto de depuradora de este municipio, cuya ejecución es prioritaria. Otras depuradoras que se ejecutarán de forma directa son las de Astún, Candanchú, Canfranc, Castiello de Jaca y Villanúa, entre otras.