La llegada de las piezas del tesoro del monasterio de Villanueva de Sijena fue solo el primer paso de una recuperación integral del recinto. El Gobierno de Aragón anunció ayer que a mediados del 2020 estará lista una ampliación del espacio expositivo actual para convertir el cenobio monegrino en un verdadero museo de arte sacro con capacidad para atraer visitantes y con unos horarios y servicios equivalentes a los de la red autonómica.

La inversión para el desarrollo del plan director que han diseñado los arquitectos Pemán y Franco será de tres millones de euros para la primera fase y se espera un aporte similar durante los próximos seis años. De este modo se recuperarán gran parte de los espacios que actualmente no se pueden visitar y también se adaptarán los accesos y se crearán servicios complementarios.

El del director general de Cultura y Patrimonio de la DGA, Nacho Escuín, señaló que los trabajos se realizarán en convivencia con las dos órdenes religiosas que en la actualidad están vinculadas al monasterio, una de ellas como propietaria y la otra como inquilina. Sin embargo, la mejora del convenio entre instituciones evitará que se repitan los cierres en fechas religiosas que coinciden con los periodos de vacaciones, algo que han denunciado de forma reiterada los vecinos de la comarca.

La primera fase, cuyas obras empezarán el próximo año, pretende actuar en las dependencias de Doña Sancha, que en la actualidad se encuentran sin cubrir. El objetivo es tratar el recinto «como un espacio arqueológico que deja a la vista los restos de muros y arcos que se habían conservado de fechas anteriores al siglo XV», según indicó el arquitecto Luis Franco.

Esto supondrá multiplicar casi por tres el espacio dedicado a la exhibición de las piezas, que estarán conservadas en vitrinas con una climatización independiente en un espacio de 610 metros cuadrados, frente a los 230 de los antiguos dormitorios. Cuando finalmente se complete la intervención en zonas como el claustro el nuevo museo arqueológico tendrá una superficie que ronde los 7.000 metros cuadrados.

Los arquitectos encargados de las tareas recordaron que la restauración del monasterio comenzó en el 2000 con diversas actuaciones, sobre todo en los antiguos dormitorios y en la consolidación de la portada románica. El mayor problema con el que se han encontrado ha sido la gran presencia de humedades y con la degradación de muchas de las fachadas y estancias.

La consejera de Cultura, Mayte Pérez, no pudo asistir a la presentación del plan director por culpa del temporal al haber quedado atrapada en el trayecto entre Teruel y Zaragoza.