Técnicos del Instituto Aragonés del Agua realizarán una inspección de la depuradora de Calatayud para elaborar un informe sobre las causas de los fuertes olores que llegan hasta la ciudad y proponer las medidas correctoras que puedan eliminarlos. Este fue el acuerdo al que llegaron el consejero de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, Alfredo Boné, y el alcalde de Calatayud, Fernando Martín, en la reunión que mantuvieron en las Cortes de Aragón.

El alcalde bilbilitano acudió a la sede de la DGA, propietaria de la depuradora, para que invierta los 700.000 euros (unos 120 millones de pesetas) necesarios para tapar los depósitos de los vasos de tratamiento, ya que, según el consistorio, es de ahí de donde proceden los olores.

Según explicó hace unos días José Antonio Sanmiguel, primer teniente de alcalde, si no se invierten esos 700.000 euros, ni el ayuntamiento ni la empresa concesionaria, Gestión de Aguas de Aragón, "podrán hacerse cargo de esta fuerte inversión, por lo que se verán obligados a traspasar su gestión al Instituto Aragonés del Agua de la DGA, que es quien gestiona la mayor parte de depuradoras de esta comunidad".

TRATAMIENTO POSTERIOR Por su parte, fuentes de la DGA indicaron que en todas las inspecciones que se han realizado hasta el momento se ha comprobado que el problema de los olores no se encuentra en la propia depuradora bilbilitana, sino en la gestión posterior que se hace de los lodos sobrantes.

No obstante, las mismas fuentes explicaron que ante la insistencia del ayuntamiento bilbilitano, y a pesar de que la gestión de dicha depuradora depende "del consistorio y no de la DGA", se va a proceder a realizar una nueva inspección.

Los lodos resultantes pueden ser transportados al vertedero de residuos sólidos, siempre que no superen un máximo de humedad, algo que no se cumplía en el caso de Calatayud. Por ello, grandes cantidades de estos lodos se han utilizado como abono en fincas agrícolas situadas en las proximidades de la ciudad.

No obstante, en este último caso también es necesario tener un plan de evacuación para que esta se realice de una forma controlada. Este protocolo fue solicitado hace unas semanas por el grupo socialista, sin que se obtuviera respuesta por parte de la empresa. Precisamente, la propia DGA aludió a esta utilización de los lodos, esparcidos por el campo, como posible causa del problema de los olores en la ciudad.