Las relaciones en política son cambiantes y, en muchas ocasiones, dependen de las relaciones personales. Solo así se puede explicar que en tan solo seis meses la DGA y Podemos hayan pasado del absoluto desencuentro a la hora de negociar los presupuestos --aprobados con retraso tras meses de tensión dialéctica-- a que haya una predisposición tan favorable que se puedan aprobar con un mes de reuniones.

Así lo constataron ayer las delegaciones de ambas partes que se reunieron en el Pignatelli. Fue un encuentro breve y amistoso en el que eludieron entrar en aspectos concretos y espinosos, como puede ser el cobro del Impuesto de Contaminación de las Aguas (ICA). Pero marcaron un calendario --la próxima reunión será este martes-- y trataron de comprometerse a que en torno al puente de la Constitución pueda haber un principio de acuerdo que evite la demora en la aprobación de las cuentas del año próximo.

«No tenemos líneas rojas», señaló tajante Marta de Santos, quien junto a Iván Andrés y Yolanda Sancho --coordinador de la Alcaldía de Zaragoza y responsable de Economía y Programas de Podemos, respectivamente-- participó en la reunión por la formación morada. Por parte del Gobierno de Aragón participaron José María Giral , jefe de gabinete del presidente del Gobierno aragonés; el secretario general técnico de Vertebración del Territorio, Juan Martín, y el consejero de Hacienda, Fernando Gimeno.

Para De Santos, se abre un nuevo ciclo en el que influye «un cambio» en la actitud del Gobierno de Aragón, pero en el que también ha influido el cambio en la dirección de Podemos. La sustitución de Echenique por Escartín, y el contacto que este mantuvo con Lambán, ha facilitado que, al menos, no se cierren las puertas al diálogo. Incluso se podría apoyar el techo de gasto, una medida impuesta por Montoro y apoyada en su día por el PSOE a la que se opone Podemos pero que, en esta ocasión, dejó abierta a la aprobación.

Por su parte, Gimeno aseguró que la voluntad del Gobierno es negociar con Podemos todos los aspectos de los presupuestos, «con transparencia total» y el cumplimiento de todos los compromisos, como la Ley de Capitalidad.