La mayor parte de los ayuntamientos aragoneses de poblaciones por encima de 2.000 habitantes han respondido a la solicitud de la Dirección General de Trabajo del Gobierno de Aragón para detectar aquellos edificios e instalaciones municipales que puedan contener amianto en su construcción.

El objetivo de esta solicitud de colaboración a los ayuntamientos, que lanzó el Consejo Aragonés de Salud Laboral, es que las administraciones y empresas conozcan la presencia de amianto en sus instalaciones y los riesgos de la exposición a este material por parte de los trabajadores que pudieran llegar a manipularlo para que adoptasen las medidas oportunas aplicables a los trabajos con riesgo de exposición al amianto, en un plan de información paulatino.

Así, a lo largo de varios ejercicios, la Dirección General de Trabajo ha ido remitiendo cartas, anualmente, en esta línea y con este objetivo, a los ayuntamientos de poblaciones de más de 5.000, 3.000 y 2.000 habitantes, según detalló la DGA.

Según la Directora General de Trabajo del Gobierno de Aragón, Soledad de la Puente, esta campaña ha permitido identificar «con mayor o menor detalle los locales, instalaciones, edificios, almacenes y equipamientos, en general, de propiedad municipal con presencia de amianto».

La presencia de asbesto está centrada en el fibrocemento de las cubiertas de estas instalaciones, en las tuberías y depósitos de abastecimiento y saneamiento de agua, conductos de salida de humos y jardineras, que fueron instaladas en su momento en dependencias municipales, siempre con anterioridad al 2002, fecha en que su utilización fue prohibida.

En los últimos años las empresas han tomado la iniciativa en la retirada del amianto. De las 203 del 2015 se pasó a las 300 que se registraron el año pasado. Paralelamente, la actividad comprobatoria de los técnicos en material de retirada de amianto ha pasado de 63 inspecciones en el 2015 a las 120 en el 2018 en el conjunto de la comunidad: 24 en Huesca, 31 en Teruel y 65 en Zaragoza.

RIESGO

El amianto es un mineral de estructura fibrosa que fue muy utilizado por sus propiedades físicas de resistencia al calor, al fuego, a los agentes químicos y a la abrasión, en la fabricación de materiales aislantes, revestimientos y cubiertas de fibrocemento.

La comercialización y uso del amianto está prohibida totalmente en España desde diciembre del 2001 y en la actualidad se encuentra en los materiales y productos de los que forma parte, fabricados antes de esta fecha, y que pueden seguir utilizándose hasta el final de su vida útil.

Entre los efectos que puede producir el amianto en la salud de los trabajadores se encuentra la asbestosis, el cáncer broncopulmonar y de laringe, mesotelioma pleural y peritoneal y lesiones pleurales.

El periodo de latencia para la aparición de estas dolencias desde la exposición al amianto es largo, por lo que muchos tardaron en descubrir las enfermedades laborales, y más aún en asociarlas a la exposición al mineral.

Con el paso del tiempo se han ido constatando afecciones en diversas empresas y sectores que trabajaban con el material, con mayor o menor resistencia por parte de las empresas a la hora de reconocer su responsabilidad en la prevención, ya que en muchos casos se seguía trabajando y limpiando sin la protección adecuada con el amianto cuando ya se sospechaba, si no se sabía, que era peligroso.

Recientemente fue creada la Asociación de Afectados por el Amianto en Aragón (A4), que agrupa a todas las víctimas y sus familiares, tanto los que han sido reconocidos como afectados como los que luchan por ello.