La diócesis de Tarazona ha entregado al Gobierno aragonés el proyecto para la restauración de urgencia del ábside de San Andrés, que se encuentra apuntalado desde hace más de un año por la aparición de grietas que hicieron temer por la conservación de esta parte de la iglesia.

Según el proyecto de obras, que ha difundido la agencia Efe , los graves daños que sufrió el ábside y que obligaron a su apuntalamiento fueron producidos por la existencia de fugas de aguas subterráneas, que hicieron ceder las cimentaciones por la escasa solidez del terreno, debido a la alta presencia de yesos.

Ante el avanzado grado de deterioro, hace aproximadamente un año, el Gobierno aragonés, la Diócesis y el ayuntamiento decidieron acometer conjuntamente las obras. El acuerdo alcanzado en ese momento dispuso que, primero, el consistorio debía encargar y aportar el estudio geotécnico; posteriormente, el obispado se ocuparía de la redacción del proyecto de obras y, una vez concluida esta fase, la consejería de Cultura adjudicaría los trabajos.

Fuentes eclesiásticas informaron ayer que el proyecto ha sido entregado este mes, "hace unos días", al departametno de Cultura del Gobierno regional y que todo apunta a que la adjudicación y el comienzo de las obras para solucionar definitivamente el problema se realizarán "de forma rápida". El presupuesto de ejecución asciende a 64.000 euros, que financiará íntegramente el Ejecutivo autonómico, según el compromiso que se alcanzó hace más de un año.

FUGA DE AGUA El ábside, situado en la Rúa de Dato, estuvo totalmente rodeado de casas hasta hace aproximadamente seis años, cuando terminó el plan de derribo de las edificaciones que lo ocultaban y que dio paso a la creación de una plaza.

Desde entonces se ha podido comprobar el continuo deterioro de este ábside a causa, según el proyecto de obras, a las fugas de aguas subterráneas, que unido a la alta presencia de yesos y a la escasa solidez de la zona, han hecho ceder las cimentaciones. Las obras consistirán en la inyección subterránea de hormigón para reforzar las cimentaciones y la restauración de las paredes del ábside, tanto la exterior como la que da al interior de la iglesia.