El Gobierno de Aragón ha reconocido el "parón" en las negociaciones que se están llevando a cabo con empresas y entidades para tratar de reabrir el Parque Deportivo Ebro, un recinto muy demandado sobre todo por los vecinos de La Almozara y Delicias. El recinto, cerrado por el Gobierno de Aragón desde enero del 2013 por sus cuentas deficitarias, ha sufrido en los últimos meses varios episodios de vandalismo que han dejado un balance de casi 80.000 euros en daños y un saldo de cuatro detenidos. Pero estos ataques están teniendo también consecuencias en los contactos que se mantienen desde el Pignatelli para tratar de encontrar un concesionario, por el momento sin ningún resultado.

Según indicaron fuentes del Ejecutivo autonómico, estos episodios se produjeron durante el pasado mes de enero hasta en tres ocasiones. La valoración de los daños tras el traslado del correspondiente parte a la compañía aseguradora ascienden a 78.078,41 euros, detalla la propia consejera de Educación, Dolores Serrat, en una respuesta por escrito a la diputada socialista Ana Cristina Vera.

Los vándalos han concentrado sus actuaciones en los vestuarios de la zona de deportes, los vestuarios generales y la piscina cubierta. Desde el área de Educación, Cultura y Deportes no quisieron detallar las medidas de vigilancia tomadas tras estos episodios, dado que hay "una investigación en marcha" y que, al parecer, se repiten las personas implicadas en estos sucesos. Pero, aclararon, "hay diferentes medios de vigilancia y contravigilancia" en el recinto.

FUTURO Al margen de los daños materiales, desde el área reconocen que su repercusión es "importante en aras al futuro inmediato del parque" y supone "un parón" en los esfuerzos realizados por "buscar nuevas fórmulas de gestión" que permitan poner la instalación a disposición de los ciudadanos.

De este modo, y tras declararse desierto el concurso convocado por la DGA para la concesión de la gestión del recinto, continúa la búsqueda de propuestas que permitan la gestión mediante fórmulas de colaboración público-privadas. Es decir, se está en contacto con empresas privadas, pero también con entidades para que puedan hacerse cargo de este centro deportivo, que fue inagurado ya en 1973.

Siempre respetando los criterios que marcaron los pliegos del concurso, que no resultó de interés para la iniciativa privada. De este modo, el 26 de agosto del 2013, tras no haberse recibido ninguna propuesta acerca de la concesión, la mesa de valoración procedió a elevar a la consejera Serrat una propuesta de resolución del expediente de concesión declarando desierto el procedimiento. Ya el 2 de septiembre se declaró desierto el procedimiento.

El Ejecutivo autonómico argumentó la necesidad de echar el cierre al Parque Deportivo Ebro por sus elevados costes y la necesidad de realizar una importante inversión para adecuar las instalaciones. Según las cuentas del Gobierno aragonés, en el 2011 hubo un déficit de 1,7 millones de euros en el recinto, con 247.690 euros de ingresos por la venta de abonos y entradas y por el alquiler de los distintos recintos (fútbol, frontón, tenis) y el 2012 se saldó con otros 1,4 millones de euros en pérdidas (se ingresaron solo 157.104 euros).

El cierre del Parque Deportivo Ebro provocó numerosas quejas y protestas de sindicatos y colectivos vecinales, que advirtieron de un "recorte ideológico" al detallar que la clausura afectaba a gente "con menos recursos y a un parte de la sociedad que quedaba en desamparo". Asimismo, apuntaron que el Estado del Bienestar son servicios públicos que "presta la comunidad" para incidir en que con este cierre desaparecían.