El Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón ha reforzado el dispositivo de vigilancia en la Reserva de Caza de los Montes Universales para prevenir posibles acciones de furtivismo.

Compuesto por guardas de caza y agentes para la protección de la naturaleza (APN), el dispositivo trabajará en coordinación con la Guardia Civil recabando datos sobre personas o vehículos que pudieran estar implicados en hechos de esta naturaleza.

Fuentes del Gobierno de Aragón recuerdan en una nota de prensa que la caza furtiva podría ser constitutiva de delito y ya el pasado mes de junio el Juzgado de Teruel dictó sentencia condenatoria por furtivismo, precisamente en otra reserva de caza turolense, Masías de Ejulve.

En este caso, la condena estableció una indemnización de 12.435 euros y penas de 8 meses de prisión para cada uno de los implicados.

Estas prácticas constituyen además un grave perjuicio económico para los municipios de las reservas de caza, que pierden así los ingresos por venta y liquidación de los correspondientes permisos. ya que, según las citadas fuentes, un solo ejemplar podría suponer ingresos de hasta 4.000 euros.

La Dirección Técnica de la Reserva de Caza de los Montes Universales ha realizado por su parte un llamamiento a la colaboración ciudadana, que considera vital para acabar esclareciendo los episodios de furtivismo que se producen.

Con la salvedad del furtivismo, la caza durante la berrea se está desarrollando de forma satisfactoria. En la reserva se han adjudicado 23 permisos, 18 de ellos vendidos por los ayuntamientos propietarios y cuatro adjudicados por sorteo a cazadores locales, autonómicos y comunitarios.

En el ecuador de la berrea se han logrado abatir 9 ejemplares, todos ellos con puntuación de medalla según los criterios de valoración que se aplican en las reservas de caza.

Los visitantes que quieran escuchar la berrea deben tomar medidas de precaución para no alterar a los ciervos en plena época de celo.

Está prohibido cualquier tipo de aproximación o acecho sobre los animales sin estar debidamente autorizados y ha de tenerse presente que a las molestias sobre los ciervos en época de reproducción se une el riesgo de que puedan producirse accidentes por interferir con recechos de caza autorizados y legalmente adquiridos.