La Diputación General de Aragón (DGA) aplicará técnicas de descontaminación biológica para eliminar los restos de lindano del barranco de Bailín y, además, extenderá a mayor escala dentro del vertedero el sistema químico conocido bajo las siglas ISCO, que hasta ahora se hallaba en fase de prueba.

Así lo adelantó ayer la directora general de Sostenibilidad, Sandra Ortega, tras una reunión en Zaragoza de representantes de los comités científico, institucional y social creados para afrontar la limpieza del pesticida producido por Inquinosa en Sabiñánigo durante la segunda mitad del pasado siglo. La responsable subrayó que se dará prioridad a la descontaminación in situ en todos los lugares donde quedan restos de lindano.

Sin embargo, Ortega señaló que no existe todavía fecha para el comienzo de la demolición de la fábrica serrablesa, para la que se están dando pasos previos de carácter informativo y judicial. En cuanto al desvío del barranco de Bailín, necesario para preservar el caudal procedente de aguas arriba, la directora general precisó que lo realizará la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) «de aquí al año que viene», conforme al proyecto que ya se está elaborando.

La directora general indicó, no obstante, que estos planes hay que cogerlos «con pinzas», sobre todo en lo que se refiere a la financiación. En julio del 2017, acaba el proyecto Life en Bailín, dotado con 1,3 millones, y a partir de entonces se empezará a planificar su extensión a todo el barranco, un proceso que se puede alargar por la complejidad del terreno en que se asienta el vertedero, que presenta numerosas fracturas.

Sandra Ortega explicó que el sistema biológico se basa en plantas y microorganismos para los que los restos de lindano (HCH) constituyen «la base de su alimentación». De esta forma, continuó, el lindano no se convierte en un subproducto, sino que se degrada hasta desaparecer del entorno.

Pero de momento lo fundamental es que la batalla se concentrará en la utilización del método ISCO, que consiste en la infiltración del subsuelo con oxidantes que rebajan la contaminación como paso previo a su extracción para ser tratada o enterrada.

Ortega aseguró que dos de las principales recomendaciones del comité científico consisten en reforzar el confinamiento del vertedero y en la descontaminación in situ en todos los puntos afectados, como el vertedero de Sardas y la balsa antigua, que se desmantelará a corto plazo.