El Gobierno de Aragón valora las ayudas de carácter retroactivo para los ganaderos afectados por los constantes ataques de lobo, en la comarca de Monegros y en los territorios limítrofes. Así lo anunció, ayer, la directora general de Sostenibilidad, Pilar Gómez, en la reunión del grupo de trabajo constituido para paliar el problema y con la que comienza el proceso de diálogo.

La iniciativa, que contempla también las zonas de riesgo por osos pardos, estudia el carácter retroactivo de las aportaciones, buscando compensar los daños ya producidos. Las ayudas irán enfocadas en dos direcciones. Por un lado, a constrarrestar los sobrecostes derivados de la prevención para evitar los ataques y, por otro, a apoyar al sector mediante una serie de primas a las ganaderías ubicadas en los municipios donde esté reconocida la presencia del lobo o del oso.

Respecto a las compensaciones económicas, la cuantía se establecerá conforme al número de cabezas y siempre que se haya llevado a cabo alguna de las actuaciones de protección citadas anteriormente. Esta compensación se incrementará para aquellos que hayan sufrido ataques en los doce meses precedentes al de la fecha de publicación de la convocatoria.

Gómez recalcó que «las subvenciones no solo serán para los que han sufrido ataques directos». La idea es «apoyar a la ganadería extensiva localizada en lugares de riesgo», añadió.

El Gobierno no contempla las compensaciones por número de animales muertos porque «el valor de estos debe ser cubierto por los seguros agrarios». Un sistema de este tipo es el que se lleva a cabo con los ataques de oso y no tiene una buena aceptación en el sector.

Además, ante estas situaciones de convivencia con lobos y osos, también hay que tener en cuenta todos los problemas que van ligados: animales heridos, estrés del ganado, problemas de fertilidad, entre otros.

El texto plantea dar subvenciones directas que cubran hasta el 100% del coste de las actividades que mejoren la seguridad del ganado, como los vallados fijos o portátiles con pastores eléctricos, la contratación por cuenta ajena de pastores para la vigilancia nocturna de los rebaños y la adquisición de perros de raza mastín en cualquiera de sus variantes.