Empezó en la antigua Grecia, como una celebración en la que se le rendían honores a Rea, la madre de los dioses Zeus, Poseidón y Hades. Miles de años después, el Día de la Madre sigue siendo para muchos y muchas un día marcado en rojo en el calendario para demostrar el cariño hacia las madres. Hay quien todavía lo celebra y quien lo ve como un día más, pero de lo que no cabe ninguna duda es de que este año será un día que pasará al recuerdo, marcado por el confinamiento y el Estado de alarma.

Angelines Bonet es madre de tres hijas. Para ella, ser madre fue al principio «Una gran responsabilidad, un gran temor y muchísimas dudas, pero al mismo tiempo la felicidad más intensa que uno pueda imaginar». Se considera una persona «responsable» y «con las cosas bastante claras», y piensa que el mejor recuerdo que guarda es «el ver la sonrisa de las niñas cada mañana y verlas felices, y recordar que tú has hecho posible que así sea». Sin embargo, para ella el Día de la Madre se ha vuelto «muy comercial», y destaca que se es madre todos los días del año: «No creo que tenga que haber un día especial. Somos madres siempre, aunque nuestros polluelos se hagan mayores, y no hay mejor regalo ni reconocimiento que una sonrisa y un beso sincero».

Un punto de vista diferente al que comparte Sagrario Cólera, madre de dos hijas, y para la que su mejor recuerdo como madre se remonta a cuando estas eran pequeñas: «Sobre todo cuando todavía conservaban esa inocencia en su interior y su corazón todavía no había sido contaminado por la manipulación a la que estamos sometidos como humanidad». Así, para ella este día es un recuerdo a todo lo que han vivido con sus hijos: «Es especial como recuerdo de lo que vives desde que vienen a este mundo esas almas valientes, pero además como recuerdo también de esa madre que te dio amorosamente todo en tu vida y ya no está contigo. No hay mayor celebración que vivir en paz con los tuyos»

Sin embargo, pese a que algunas madres se conforman con la compañía y el cariño de sus familiares en este día, son muchos los hijos que les dan un detalle como muestra de ese cariño. De entre todas las posibilidades se encuentran las flores, un clásico entre los clásicos: «El Día de la Madre es uno de los más importantes que tenemos al año, junto con el de Todos los Santos y San Valentín, pero estamos haciendo una mínima parte de lo normal, porque no hay trabajo, ni material y está todo el mundo igual», explica Cristina Ferrando, gerente de la Floristería Trébol. En este sentido, Ferrando asegura que pese a que las ventas no estaban siendo muy altas, había un repunte por este día, y explica cómo estaba trabajando con la venta a domicilio: «Tengo una página donde pueden ver el género, ellos te dicen si quieren un cosa u otra. Nos ha pillado esto en un de las peores épocas del año. A mi clientela le gusta acudir a la tienda, observar los trabajos que estoy haciendo y llevarse lo que más les gusta, pero este año entienden la situación y se fían más».

Tradición e innovación

La estética es otra de las opciones para regalar a madres y abuelas, «en especial en estos momentos momentos», explica Daniel Valien, de la peluquería Padys: «Todos necesitamos estar bien. En estos momentos son más importantes que antes los pequeños detalles, y vernos mejor es lo más importante en estos momentos. Por eso, el Día de la Madre también sería un buen regalo para darle positividad y entusiasmo a nuestras madres y abuelas, dibujar una sonrisa en sus rostros»

Por otra parte, también hay propuestas para los más innovadores, que a través de las redes sociales preparan algo con lo que sorprender a sus madres en este día. Entre estas iniciativas se encuentra Tu plato, mamá, creada por la Asociación de Jóvenes Empresarios de Zaragoza. «El objetivo es celebrar un día tan especial para cualquier familia de manera original y empezar a vislumbrar la luz en esta situación tan horrible. Cada participante elabora una receta inspirada en la cocina de su madre y se la dedica a ella en las redes sociales», aclara el presidente de la AJE, Pedro Lozano.