S u redacción fue una escuela para muchos. Y esos, fueron --y siguen siendo-- maestros de otros, a los que (nos) enseñaron a amar el periodismo. Así que hasta la lupa que no vivió ese día tenía una deuda. Por un periódico que marcó un antes y un después en muchas cosas y que este jueves conmemoraba con fiesta el 25 aniversario de su última edición. Fue en el restaurante Tres Mares Naútico de la capital del Ebro, con más de cincuenta trabajadores de distintas generaciones de El Día formando parte del paisanaje. Con ellos, José Luis Batalla, uno de los empresarios que impulsó la creación de este diario independiente. Uno de los primeros en España en el uso de los ordenadores. Uno de los que se atrevió a romper la norma y publicar ediciones el lunes. Una publicación pionera en el lanzamiento de suplementos, promovida como «periódico aragonés independiente» a instancias de varios periodistas y profesionales vinculados a la universidad. Y también, desde la confianza, una aventura en la que muchas generaciones posteriores del gremio han (hemos) oído grandes historias que, ciertas o no, forman parte de la siempre necesaria leyenda (nacida en esa redacción del polígono El Portazgo).

La cita estaba llena de nombres propios de aquel diario. Desde el citado Batalla (que compartió el núcleo de los propietarios de aquella empresa con Ramón Salanova y Javier Oroz), a los periodistas Pablo Larrañeta, Plácido Díez y Manolo Gracia que, en sucesivas épocas, dirigieron la cabecera (que inauguró García Romanillos). Entre los pesos pesados de la profesión había muchos más. Desde Lola Ester a Genoveva Crespo, pasando por Concha Monserrat, Chus Hernando o la jefa de Aragón de este diario, Dalia Moliné, que hoy vuelve a compartir página (y foto) con otro histórico de la crónica negra en esta casa, como Pérez Bernad.

La actual concejala Lola Campos, Óscar Gálvez, que hoy anda por tierras castellanas, y Manuel Lorenzo se encargaron de la organización del evento. Y a todos los presentes entregaron una acreditación especial y la primera portada de El Día (que por cierto, nació con exclusiva y con un titular que hubo que modificar a última hora por un desencuentro político que impidió aprobar el Estatuto de Autonomía de Aragón).

Y allí, recordando esa y otras batallas andaban también Juan Carlos Garza, jefe de Cultura de EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, Juan Carlos García de Frutos, redactor jefe del mismo, Nicolás Espada, subdirector de esta casa, Nuria Moreno, secretaria de dirección, o el informador gastronómico José Miguel Martínez Urtasun. Pero la sorpresa sobre cuántos nombres propios de la profesión formaron parte de ese día crecía a medida que los corrillos iban dejándose mirar para la foto. Desde Antón Castro a Ana Ulecia, pasando por Pepe Royo y Ana Rioja o los fotógrafos Xabi Buil y Ernesto Martínez, el dibujante Cano, o José Parra y Joseba Iturrate, que estuvieron en la gerencia. Periodistas que volaron a Barcelona como Antonio Novella o a Alicante, como Chusé Lusilla. Y otros imprescindibles como Roberto Pardos, Luis Buera, José Franco, Manuel Estradera... sin los que nunca habría salido a la calle.