Aunque en muchos casos tienen que hacer auténticos malabares para llegar a fin de mes, buena parte de los inmigrantes que residen en Aragón envía dinero a su país de origen, donde la necesidad aprieta con más fuerza. Durante los años más duros de la crisis, la frecuencia y el importe de las remesas enviadas desde España se desplomaron, pero la recuperación económica ha cambiado el escenario. De hecho, desde el 2014 se han disparado un 24% y en el 2017 superaron los 7.300 millones de euros, según datos de Eurostat.

El fin de la recesión animó a muchos trabajadores extranjeros que habían vuelto a su país de origen a retornar al mercado laboral español. Esto, unido a la mejora de la economía familiar de muchos inmigrantes, lo que les permite elevar los importes de sus envíos de dinero, explica que España, con esos 7.300 millones, sea ya el segundo país europeo que más remesas manda al extranjero solo por detrás de Francia (ver gráfico). «Las crisis particulares que viven algunos países como Nicaragua o Venezuela, donde la situación es casi insostenible, también ha impulsado la llegada de trabajadores», apunta Fernando Marqués, director general del grupo Titanes, una firma aragonesa de envío de dinero que está logrando competir con grandes multinacionales.

En Zaragoza, sus tres oficinas y los locutorios que tienen autorizados para ofertar sus servicios aglutinan buena parte de las remesas que salen de la capital aragonesa. Ni los datos de Eurostat ni los del Banco de España desglosan las cifras del sector por comunidades. Así, los números de Titanes son un buen indicador de la actividad en Aragón. En este sentido, Marqués destaca que desde el 2014 sus envíos de dinero al extranjero han crecido un 74%. En esta subida también ha influido el propio incremento de la cuota de mercado de la compañía que ahora aún está más posicionada en el sector. A este respecto, Marqués indica que los años de crisis se notaron, pero tampoco provocaron un desplome desorbitado de sus envíos.

El incremento de las remesas se ha percibido en todas las oficinas o locutorios de la ciudad. «Nosotros hasta principios de noviembre ya habíamos hecho más envíos que en todo el 2017», destaca el encargado de una oficina del paseo Calanda. «Los años de crisis fueron difíciles porque la gente iba muy apurada, pero ya hace un tiempo que se nota más actividad», reconoce Amadou, que regenta la oficina de Ria International en la calle Conde Aranda.

LOS ENVÍOS DESDE ZARAGOZA

Según Marqués, los países que más reciben las remesas procedentes de Aragón son Ecuador, Colombia y República Dominicana. En el conjunto del país, los datos del Banco de España indican que Colombia fue en el 2017 el Estado que más divisas recibió con 947 millones de euros.

«Los lazos históricos y culturales y el idioma hacen que España sea uno de los países con más trabajadores latinoamericanos», indica Marqués. Algo en lo que también influye que el mercado laboral español requiera de mucha mano de obra no cualificada por su modelo económico cimentado en el sector servicios y el turismo.

Actualmente, de los 19,52 millones de ocupados que hay en España, 2,23 millones son extranjeros y casi 700.000 proceden de América Latina, según los datos del Instituto Nacional de Estadística. Este dato es relevante porque la mayor parte de las remesas van a países de fuera de la Unión Europea debido a que los niveles de renta en estos países son muy inferiores.

Además de enviar dinero a otros países, las empresas que operan en este sector también se dedican al cambio de divisas. En toda su actividad, estos negocios compiten directamente con los bancos. Con todo, la mayoría de los usuarios optan cada vez más por acudir a los locutorios, donde al no haber exclusividad pueden comparar entre las diferentes empresas que ofrece el establecimiento. «Cambiar dinero en nuestras oficinas casi siempre es más barato que en un banco», indica Marqués.

El sector, totalmente dependiente de las volátiles cotizaciones de divisas (con varios cambios a lo largo del día), es cada vez más competitivo debido a los márgenes que aplican las compañías. «Cada vez son más estrechos», reconoce Marqués.

En el grupo Titanes, por ejemplo, cobra cinco euros de comisión por cada remesa, independientemente de la cantidad de dinero que se envíe. «Nuestros clientes mandan de media en cada envío unos 290 euros», comenta Marqués, que apunta que todas las empresas del sector están consideradas como entidades de pago por el Banco de España y, por tanto, están supervisadas y reguladas como el resto de entidades financieras.