Da la sensación que al delegado del Gobierno le ha venido grande el 20-N. Por todo. Primero, por dejar hacer a los vándalos, después por decir que lo ocurrido es algo normal y ahora por admitir que se equivocó minimizando los hechos (como que no sabía lo que decía, vaya) y pasando la responsabilidad (salvo la política claro) a los mandos. La tarea primordial del delegado es dirigir el cuerpo policial y se le supone preparado, aunque lleve poco tiempo. De lo contrario...

*Periodista