El hemiciclo, ayer, parecía otro. Se debatía sobre el proyecto de recrecimiento del embalse de Yesa y no hubo ni acusaciones ni ataques. Ni apenas reproches por lo que se ha hecho o no con el Pacto del Agua. Uno de los temas que más polémica ha creado en la Cámara y que más tinta ha obligado a gastar fue objeto de un pacto tácito de silencio. Hubo un acuerdo hidráulico como no se ha visto en cinco años: el acuerdo de callarse.

Y es que el diputado de IU, Adolfo Barrena, llevó al pleno de las Cortes de Aragón una iniciativa que apoyaba que se haga un recrecimiento de Yesa menor del proyectado (a la llamada cota --altura de presa-- 506). Respondía la propuesta a la opinión mantenida por la formación de que no es necesario un embalse tan grande y que hay que evitar inundar pueblos.

El resto de partidos, PSOE, PP, CHA y el PAR, más allá de sus más que conocidas posturas sobre la obra, coincidió en una cosa: en este momento en que hay abiertos dos foros de debate y mediación social no hay que entorpecer un posible acuerdo sobre la obra hidráulica más problemática de Aragón.

En una decisión respaldada por sus señorías, echó a andar la Comisión del Agua de Aragón, una de cuyas ponencias analiza, precisamente, los proyectos hidráulicos, especialmente los más contestados. Y una segunda Iniciativa de Mediación Social (el primer intentó, fracasó) auspiciada por la DGA de PSOE y PAR busca el entendimiento de las partes en zonas de conflicto.

Todos los diputados que intervinieron, el socialista Carlos Tomás, el popular Eloy Fernández, el nacionalista Bizén Fuster y la aragonesista Marta Usón, le dijeron a Barrena que éste no es un buen momento para "condicionar" y "predeterminar" posturas sobre la obra de Yesa, ahora que en los dos foros citados se intenta alcanzar el consenso. Acuerdo que, le recordaron al diputado de IU, pasará después a las Cortes.

Y todos los diputados, salvo el del PP, le pidieron a Barrena que retirara la iniciativa. El portavoz popular no lo solicitó porque consideró que la formación tenía derecho a presentarla. Pero, al igual que todos sus rivales políticos, acusó a Barrena de "oportunista" y advirtió que el PP votaría en contra.

Tal vez ante el anunciado fracaso rotundo de la iniciativa o tal vez porque sus señorías convencieron al diputado de IU, éste retiró la propuesta, que no se votó. No sin antes haber reiterado la opinión de su grupo y haber preguntado: "¿Por qué si todo el mundo opina la Cámara no lo va a hacer?"

LA POSTURA DE NARBONA Por la mañana, el consejero de Medio Ambiente, Alfredo Boné, se había negado a comentar las palabras de la ministra del ramo, Cristina Narbona, para apoyar un recrecimiento menor de Yesa. Y la alternativa presentada por la Fundación Nueva Cultura del Agua y la Asociación Río Aragón que no contempla ampliación alguna del embalse.

"No soy partidario de externalizar este debate. No quiero pronunciarme sobre la cota intermedia. Lo coherente es esperar a las conclusiones de la Comisión del Agua y de la Iniciativa Social de Mediación", dijo.

El presidente del PP de Aragón, Gustavo Alcalde, sí habló de las declaraciones de la ministra y denunció que Narbona "viste de diálogo decisiones que ya ha tomado". Su partido, afirmó, está dispuesto a dialogar, "pero con alternativas". Es decir, sin que se rebaje la cifra de 6.550 hectómetros cúbicos de que Aragón quiere disponer. "Bajar la cota de Yesa es regalar 500 hectómetros cúbicos de agua sin más", concluyó.