La mayoría de los directivos de las empresas de Aragón perciben una situación económica estable en la comunidad si bien alertan de que la falta de acuerdos políticos para la formación de gobiernos, tanto a nivel nacional como autonómico, y las variaciones negativas de países europeos que repercuten en el turismo exterior español, podrían pasar factura a la economía regional en forma de desaceleración.

Estos son algunas de las conclusiones que destacaron ayer el presidente y el secretario general de la Asociación de Directivos y Ejecutivos de Aragón (ADEA), Salvador Arenere y José Guillén, respectivamente, en la presentación de los resultados del indicador de opinión de la organización del primer semestre del 2019 y las perspectivas para el final del año. El menor optimismo de este indicador contrasta con el de la Cámara, dado a conocer también ayer, que mejora sus expectativas.

La muestra, basada en la opinión de 196 directivos, en su mayoría del sector servicios y con cargos de alta responsabilidad, indica que no hay inquietud por el acceso a financiación, una de los puntos que «más preocupaban», según Guillén.

«La falta de gobierno está perjudicando a la economía tanto en el ámbito social como empresarial», afirmó Arenere, quien expresó su preocupación por «el anuncio de modificaciones energéticas y laborales», que podrían «desincentivar la inversión».

A su juicio, ya existe un cambio de tendencia en la evolución de la economía del país porque mientras que en el 2017 ningún directivo pensaba que la situación iba a empeorar ahora lo cree un 4,55% y también ha pasado del 83,33% al 20,78% los que creían que iba a mejorar.

En cuanto a la plantilla y la productividad, los responsables de ADEA incidieron en el dato de que el 4,26% los directivos perciben que va a empeorar frente al 0,73% del pasado año, si bien, un 70,21% cree que se mantendrá estable y un 25,53% que mejorará. El 68,83% de los encuestados piensa que las ventas y la demanda interior seguirán estables y el 1,86% que empeorará.