Como un jarro de agua fría. Así reaccionaron los vecinos de las calles Rioja y Celanova en Zaragoza cuando se enteraron de que la discoteca Dubai, la única en el barrio de las Delicias, iba a reabrir sus puertas pero con un nada desdeñable cambio: el local va a aumentar su capacidad hasta las 448 personas, cuando hasta ahora el aforo máximo era de unas 100. Este establecimiento se cerró temporalmente después de una sanción municipal por los «perjuicios» que causaba a los vecinos. Desde que abrió en el 2017, se han sucedido varios episodios de violencia y ruido, que son el origen de la protesta vecinal.

Esta ampliación la va a llevar a cabo después de unir el local de la discoteca con el del que hasta ahora era el restaurante Mamá María. Y las obras ya están en marcha. Ayer mismo, y eso que era sábado, los obreros se encontraban sacando escombros del antiguo restaurante ante la mirada nerviosa de algunos vecinos. «Madre mía, si antes ya daban mal, ahora si entran 500... Me dan ganas de llorar, no quiero imaginarme cómo será esto», lamentaba una mujer mayor, que decía vivir en el edificio de en frente a la Dubai y que prefirió no decir su nombre.

Pero la ampliación del local la están haciendo, como no podría ser de otra manera, con arreglo a la ley, puesto que el Ayuntamiento les concedió el permiso de obras a principios de noviembre, en la última gerencia de Urbanismo. En la misma consta el futuro aforo del local, las 448 personas, así como la normativa en materia de ruido que deben de cumplir. Asimismo, en el mismo expediente, el consejo de gerencia de Urbanismo hace constar que existe «una más que justificada preocupación por parte de los vecinos por los problemas de orden público que la discoteca ha causado», pero que no pueden denegar la tramitación de la licencia ya que «técnicamente cuenta con informes favorables».

Aun así, los vecinos de la zona no se explican la concesión de este nuevo permiso dado el rechazo que existe por parte de las comunidades de vecinos de la calle Celanova y Rioja. «Había ruido todas las noches, no solo los fines de semana. Cuando las madres iban a llevar a los niños al colegio se encontraban a gente bebida meando entre los coches, por no hablar de las peleas. Es un foco de delincuencia», aseguran fuentes vecinales, que cuentan que desde que abrió la Dubai el descanso nocturno se ha vuelto «un imposible».

Así, estas mismas fuentes apuntan a que no dudarán en movilizarse y protestar para evitar que la discoteca reabra con su nuevo aforo. Por su parte, los responsables de la discoteca Dubai, en una publicación en su página de Facebook del pasado mes de junio, aseguraron que «la mala fama» que les precede no es su culpa sino la de «varias personas debido a su excesivo consumo de alcohol y a su mal comportamiento en el exterior de la discoteca». «Todo eso va a cambiar, se acabaron los conflictos en Dubai. Un Dubai diferente», dice también este mismo post en la red social.