Las discotecas, pubs nocturnos y salas de fiestas de Zaragoza y provincia han podido abrir este fin de semana por primera vez tras tres meses de cierre por el coronavirus. Pero solo la mitad de los locales lo han hecho, según fuentes del sector, y con estrictas medidas de control, desde un máximo de un tercio de aforo a una distancia mínima entre los clientes para garantizar la seguridad sanitaria. Estas circunstancias han atenuado de manera notable el impacto de la reapertura.

De hecho, fuentes policiales señalan que no se han registrado incidentes de importancia relacionados con el índice máximo de ocupación ni con el cumplimiento de la normativa de ruidos. Sin embargo, en zonas saturadas como la calle la Paz y aledaños los vecinos han vuelto a oír el barullo típico de los fines de semana anteriores al estado de alarma.

"Se oían unas voces por la noche y me he dicho que eran seguramente de los jóvenes que frecuentan los locales de la zona, pero la verdad es que me había llegado a desacostumbrar", señala un residente, en referencia a los grupos que se suelen concentrar en el exterior de los locales de ocio nocturno.

"No ha habido nada destacable, pero tendremos un balance más exacto el lunes, una vez compilados todos los datos", indica un portavoz de la Policía Local.

Hubo alguna pelea, según informa la Policía Nacional, pero siempre en el exterior de los locales. El botellón se ha reactivado en parte y los movimientos de jóvenes de un lado a otro de la ciudad pueden generar problemas a su paso, desde gritos a empujones e insultos.

Por otro lado, no constan denuncias por exceso de ruidos ni por ocupación excesiva del espacio. Los propios responsables de los locales se han encargado de separar debidamente las mesas y de proveer a sus clientes de dispensadores de hidrogel y de mascarillas al módico precio de 50 céntimos.

Las salas de fiestas piden pasar del 33% al 66%

"El aforo se ha completado en algunos establecimientos, pero eso no es extraño cuando solo se permite una ocupación del 33%", informa Miguel Ángel Salinas, vicepresidente de la Asociación Provincial de Discotecas y Salas de Fiesta, que subraya que muchas discotecas no han abierto todavía "porque con una capacidad máxima de un tercio el negocio no es rentable".

Esta situación ha creado un gran malestar entre los propietarios de locales de ocio nocturno, que se siente "castigados". "No entendemos por qué los bares pueden utilizar el 66% de su espacio interior y nosotros solo el 33%", apunta Salinas, que añade: "Nos gustaría saber en qué se basan las autoridades sanitarias para establecer esos porcentajes tan claramente discriminatorios para las discotecas y locales similares".

José Luis Sanz, de la Asociación de Cafés y Bares, que acoge igualmente a establecimientos de apertura nocturna, es de la misma opinión. Lamenta que los límites impuestos a la ocupación se sumen a otros problemas que arrastra el sector, como los ERTE, las exigentes normativas sobre ruido y el pago de alquileres.

"Pienso que, siempre y cuando se respete la distancia mínima de seguridad entre clientes, no hay por qué imponernos normas más estrictas que al resto de actividades", afirma.

"Es raro ver la zona de baile cubierta de mesas y sillas", ha comentado Sanz en relación a la noche pasada. Desconoce cuántos socios de su entidad han abierto este fin de semana, pero cree que el índice de asistencia se verá influido por el hecho de que "es el primer fin de semana en que se puede ir a otras provincias dentro de la comunidad".

El responsable de Cafés y Bares recalca que los locales de ocio nocturno están acostumbrados a cumplir una normativa muy exigente, por lo que están debidamente equipados y preparados para atender de forma segura a sus usuarios.