Todo buen ejercicio requiere de práctica y en el caso de una cirugía todavía se precisa de un entrenamiento más exhaustivo. Para ello los especialistas sanitarios suelen asistir a cursos tutorizados y de alto nivel en los que se les enseña cómo abordar diferentes técnicas. Unas veces estas clases se hacen sobre tejidos, otras sobre animales y, en ocasiones, sobre cadáveres. Es el caso de la jornada sobre cirugía de nariz para respirar mejor que se celebró ayer en Zaragoza. En ella, otorrinolaringólogos especializados en rinoplastias participan asistieron a un curso organizado por el servicio de esta especialidad del Servet y en el que las prácticas fueron retransmitidas en directo al alumnado. La curiosidad en la sesión fue el taller de disección en cadáver, tutorizado por expertos, y que permitió practicar técnicas y abordajes novedosos en el campo de la rinoplastia.

«Las técnicas quirúrgicas van evolucionando continuamente, lo que aporta respuestas a problemas nuevos o que se encuentren nuevas soluciones a problemas que ya conocemos», explicó Rafael Fernández-Liesa, jefe de servicio de Otorrinolaringología en el Servet. Durante la sesión, que tuvo lugar en una sala del departamento de Anatomía Humana de la Facultad de Medicin, los alumnos pudieron practicar en la nariz de un cadáver. La cabeza estaba totalmente tapada y tan solo se dejó al descubierto la zona concreta en la que llevar a cabo la técnica. «Es fundamental que los especialistas dispongan de encuentros como este para mantener una actualización continua en conocimientos y en destrezas quirúrgicas», señaló.

El curso de Zaragoza atrajo a expertos de reconocido prestigio más allá de las fronteras de Aragón. Se contó con la participación del portugués José Carlos Neves, conocido internacionalmente, y otros cirujanos del país como Pablo Casas (León), Eduardo Morera (Palma de Mallorca) y Javier Galindo (Madrid). También vinieron cirujanos procedentes de distintos hospitales de España y médicos residentes.

El Miguel Servet realiza al año unas 40 rinoplastias en pacientes donde el objetivo es que logren respirar mejor. Se trata de intervenciones complejas, que pueden tener una duración de hasta cuatro y cinco horas. «Se suele hacer en personas con la nariz muy deforme o en aquellas en las que las alas de la nariz se hunden cuando inspiran y, por tanto, ese cierre impide que entre el aire», dijo.

«Hay casos en los que se necesita modificar la pirámide nasal, que es la nariz por fuera, para lograr mejoras funcionales. No es algo fácil, requiere de soporte y de una estructura que, muchas veces, se hace con otros tejidos de fuera de la nariz como el cartílago de la oreja», indicó Fernández Liesa.

Buenos resultados

El sistema público tan solo realiza la cirugía funcional de la nariz, que es aquella donde el fin es mejorar la respiración del paciente. «La rinoplastia estética es la más conocido por todos, que es aquella que se realiza para mejorar el aspecto de la cara, pero esta no está indicada en la sanidad pública», reiteró el experto.

Respecto a los resultados tras la intervención, el doctor del Servet aseguró que «son buenos», aunque indicó que «nunca en cirugía hay un 100% de éxito como nos gustaría», dijo. «En cualquier caso, los resultados globales son buenos y, según una encuesta de satisfacción realizada entre los pacientes, nos señalan que les merece la pena someterse a esta operación», añadió el jefe de servicio de Otorrrinolaringología del Servet.

La satisfacción plena, como bien decía el especialista, no siempre se consigue y, en ese caso, «en algunos casos» surgen dificultades que obligan a «reintervenir» a los pacientes. «Pero son pequeños porcentajes», insistió Fernández-Liesa.