La unidad es una ilusión incluso en las luchas compartidas. Porque de sobras es sabido que todos los grupos municipales del Ayuntamiento de Zaragoza están en contra del terrorismo pero, aún así, a la hora de honrar a sus víctimas son incapaces de alcanzar consensos.

El equipo de Gobierno de Jorge Azcón organizó ayer un acto para recordar la memoria de Miguel Ángel Blanco, concejal del PP en Ermua asesinado por ETA. Veintitrés años después de ese trágico crimen, que marco un antes y un después y que provocó que la gente se echara a las calles para gritar «basta ya», en el consistorio zaragozano se ha desatado la polémica por la organización de lo que fue un acto frío y rápido.

Ni Podemos ni ZeC asistieron, y el PSOE estuvo a punto de darle plantón al alcalde. El motivo del enfado, una vez más, era la lectura del comunicado, redactado por la Fundación Miguel Ángel Blanco.

La semana pasada fue el PSOE el que despertó la polémica criticando que habían recibido una convocatoria desde el área de Protocolo en la que se les imponía «hasta los párrafos que tenían que leer». Para solucionarlo, ayer a primer hora se celebró una junta de portavoces y se repartieron las lecturas. Este es el plan.

Pero no fue suficiente para convencer a Podemos y ZeC. La formación morada justificó su ausencia alegando que se trataba «de un evento politizado y manipulado por el PP, en connivencia con Cs y Vox». Criticaban que el acto no había sido consensuado y que les obligaban a leer un manifiesto «con postulados tendenciosos de claro contenido político que Podemos no comparte». Así que decidieron plantar al alcalde: «Por respeto a la ciudadanía que representamos no debemos estar presentes en un acontecimiento que manipula la lucha contra el terrorismo para apoyar una determinada línea ideológica».

Desde ZeC explicaron que este tipo de homenajes deben prepararse bajo el consenso de todos los grupos municipales por una sencilla razón, «por los honores se realizan como ayuntamiento, no como grupo político». Por esto, consideran que «deberían tratarse estos temas con seriedad, haciendo llegar las convocatorias a tiempo, consensuando los textos que se van a leer».

Ante esta situación, el equipo de Gobierno convocó ayer una junta de portavoces, a petición del PSOE, para tratar de alcanzar un consenso y evitar que la imagen del Ayuntamiento de Zaragoza en el homenaje el concejal asesinado por la banda terrorista fuera la de un consistorio tan desunido y centrado en la polémica que, ni en un asunto de esta importancia, es capaz de dejar a un lado las diferencias. El acto tuvo lugar y la ausencia de ZeC y Podemos pasó desapercibida.

Los concejales de Vox, PP, Cs y PSOE leyeron un texto en el que se decía que «la democracia española, con el sacrificio y la profesionalidad de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, ha sido capaz de derrotar la ofensiva criminal de ETA pero sigue pendiente que sus herederos políticos reprueben su historia criminal», o que «la triste realidad es que hay generaciones de jóvenes españoles que desconocen cuáles han sido las consecuencias del terrorismo y qué significado tiene la memoria de las víctimas». O que «Miguel Ángel Blanco representa la libertad y la democracia constitucional que nos ampara, la tolerancia, el derecho a sentirse vasco y español, a ser como cada uno quiera ser respetando las reglas de convivencia democrática y los derechos humanos».

El alcalde recordó que, aunque tanto ETA como los Grapo están inactivos, no hay que bajar la guardia «ni confiarse» porque hay otros grupos terroristas como los yihadistas. Manifestó que es «una obligación como ciudadanos e institución mantener el recuerdo de Miguel Ángel Blanco», y el del resto de víctimas del terrorismo. Para el primer edil, «es una batalla crucial para la democracia unirse frente a los que pretenden blanquear el terrorismo, les apoyan o no condenan sus actos» que exige tanto a los representantes políticos como a la sociedad , en una clara referencia a Bildu.

Y tras sus palabras, acabó un acto discreto, con aforo limitado y tras una polémica más que añadir a la historia.