Mientras las bodas van a menos en Aragón, los divorcios y separaciones se mantienen en niveles estables (y altos, en proporción a las uniones) desde hace años. Las rupturas matrimoniales desde el 2007 siempre han rondado las 3.000 al año, pero durante los años duros de la crisis descendieron ligeramente hasta las alrededor de 2.850; el 2014, sin embargo, marcó una vuelta a los registros previos a la recesión, que de momento se mantiene.

La referencia a la crisis no es ociosa, ya que diversos abogados de familia consultados coinciden en que ha sido un factor a tener en cuenta en los últimos años. Así lo explica por ejemplo Cristina Charlez, para quien el efecto del factor económico se concreta en dos aspectos.

Por un lado, explica, «están los costes de un proceso judicial y la cuestión de la posible pensión o hipoteca que haya que pagar. Si es difícil afrontarlo con un sueldo, ¿cómo hacerlo si uno o los dos miembros de la pareja están en paro?», ilustra. A esto se añade el factor de la vivienda en común, porque «durante estos años sabías que, si te separabas y ninguno se quedaba con la casa, iba a ser difícil venderla», por la parálisis del mercado inmobiliario.

La letrada especialista en familia constata que, desde el 2014, la actividad en este ámbito se ha incrementado.

NO CONFLICTIVOS / Las cifras de divorcios y separaciones que ofrece el Consejo General del Poder Judicial (en este caso se han tomado las demandas, no las resoluciones, ya que estas solo alcanzan hasta el 2015) desglosan tanto separaciones como divorcios en sus variantes contenciosa (valga decir, conflictiva) y de mutuo acuerdo.

En Aragón, como en muchas otras comunidades autónomas, los acuerdos pacíficos son la gran mayoría, en una proporción que siempre ronda el 2 a 1. Por ejemplo, en el 2007 hubo 1.022 contenciosos frente a 2.109 de mutuo acuerdo, y en el primer semestre del año pasado, 529 frente a 1.029.

Para esta mayoría de casos sin conflicto, y si se cumplen determinadas premisas (como no tener hijos menores ni dependientes económicamente en común), también se puede acudir al notario desde mediados del 2015.

Y en este ámbito, como en las bodas, el crecimiento durante el pasado año fue notable. Según detallaba el decano de los notarios aragoneses, Dámaso Cruz, los divorcios ante notario pasaron de 31 en su primer año (en realidad, medio año) de vigencia a los 113 del año pasado. Los bienes en común no son obstáculo, ya que la disolución de la sociedad conyugal siempre ha estado entre sus atribuciones.