E l juez decano de Zaragoza enarboló ayer la bandera de los derechos sociales durante su discurso de agradecimiento tras recibir el premio extraordinario 2014 de la Asociación Aragonesa Pro Salud Mental (Asapme) de manos de un circunspecto consejero de Sanidad, Bienestar Social y Familia, Ricardo Oliván, en una abarrotada sala Goya del palacio de la Aljafería. "No a los recortes sociales mientras existan privilegiados en otras materias, que son de donde sí hay que recortar", proclamó tras haber defendido la aplicación de la ley de dependencia y haber recordado que asistir a los pacientes con estas dolencias es un "compromiso ineludible".

Hace treinta años los enfermos mentales eran estigmatizados y caían en el lvido. Un grupo de familiares aragoneses unió entonces sus fuerzas para hacer frente a la enfermedad de sus seres queridos. Entonces se hablaba de locos, se apelaba al maligno. Treinta años después, la labor llevada a cabo por la Asociación Aragonesa Pro Salud Mental (Asapme) ha dejado claro que aquellos "locos" son personas con derechos.

En el acto, conducido por el locutor Juanjo Hernández, en el que también estuvieron presentes la vicevicepresidenta primera de las Cortes de Aragón, Rosa Plantagenet-Whyte y el delegado del Gobierno en Aragón, Gustavo Alcalde y la presidenta de Asapme, Belén Torres, se hizo un repaso a la tarea de la asociación. Enfermos con depresión, trastorno bipolar o esquizofrenia han encontrado ayuda en los profesionales de la asociación, que no han olvidado a los cuidadores, que con su apoyo siguen adelante en su empeño por mejorar la vida de sus familiares. Dolado agradeció el reconocimiento y repasó sus experiencias relacionadas con la salud mental, alguna vivida muy de cerca. Desde aquel internamiento forzoso que tuvo que decretar en Balaguer (Lérida) tras aquella conversación surrealista sobre la CIA y los extraterrestres mantenida en 1990 en el interior de una ambulancia con Eloy, paciente huérfano de 40 años que tenía las paredes de su casa selladas con cinta aislante para que no entrara la contaminación ("mi bisoñez me aconsejó aquella actitud imprudente", recordó), hasta su labor en Zaragoza en la defensa de los derechos de los enfermos, también en los centros penitenciarios.