Las calles vacías en Zaragoza y en el resto de Aragón hace días que no son noticia, pero llaman la atención especialmente en fechas como esta. Hoy, Domingo de Ramos, las calles de la capital aragonesa y de otras poblaciones de la comunidad se llenarían de cofrades y público en las procesiones. Hoy habrá aplausos, como cada tarde, pero no palmas.

Estas se iban a ver en la procesión que, a mediodía, saldría de la iglesia de San Cayetano, a cargo de la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén, la conocida como La Borriquita. En cambio, el obligado confinamiento por la pandemia y la posterior suspensión de la Semana Santa dejan la estampa desierta de todos los días. Sin los niños con las palmas llenas de chuches.

A cambio, la cofradía ha emitido un vídeo a través de sus redes sociales, recordando otras ediciones en un falso directo, con el deseo de que pueda ser verdadero a la mayor brevedad.

Igual suerte corrieron el resto de procesiones y Vía Crucis que, de la mano de la Crucifixión, la Humildad, la Columna o el Prendimiento, entre otras hermandades y cofradías, iban a llevar a cabo hoy por diversos barrios de la ciudad, si la enfermedad no se hubiera interpuesto.

En el programa de este domingo destacaban, entre otras, la de La Humildad, con su procesión de dos pasos con costaleros, una estación de penitencia que recibe lluvia de pétalos de flores en su camino a la Seo, que también hubo de posponerse.

La cofradía de La Columna también sufrió un revés, al ver cancelada una de sus tradiciones en un año especial. Y es que el traslado del Cristín, desde el convento de Vía Hispanidad, iba a convertirse este año en un encuentro con la Virgen de la Fraternidad, con motivo del cierre del convento y la cesión a la hermandad de la figura, por parte de las monjas. Pero este encuentro tendrá que celebrarse en otra ocasión.

A falta de saber si estas se retomarán en septiembre o en algún momento del año, el vacío queda en el corazón de los fieles y también en los bolsillos. Varias veces se ha calculado que la Semana Santa genera un impacto económico de de unos 20 millones de euros en Zaragoza capital, y un reciente estudio los cifraba en tres, solo en cuanto al gasto turístico en la ciudad.

Misa de Domingo de Ramos en el Pilar. / NURIA SOLER

La actividad religiosa no se detiene, eso sí. Aparte de la procesión que cada uno lleve por dentro, en el Pilar y otras parroquias se ha oficiado misa. Con imágenes atípicas y en su mayoría desiertas, pero misa, al fin y al cabo. De hecho, en la basílica zaragozana ha sido el propio arzobispo, Vicente Jiménez, quien la ha ofrecido. Una celebración sin público presente pero que se ha podido seguir a través de internet, como lo harán otros actos de estos días

Al año que viene, si Dios quiere, será otro cantar.