"¿Dónde están los coches?". Esta fue una de las frases más repetidas ayer en el barrio de San Pablo. Se estrenaba las zonas azul y naranja y muchos tuvieron que madrugar más de lo habitual para quitar el coche de la calle. Porque se paga pronto, a partir de las nueve, y el miedo a la multa se hace notar. Lo que pasa es que en un barrio en el que siempre ha sido casi imposible aparcar, encontrar las calles prácticamente vacías, como se veían las de La Salina o Calatorao, era como un sueño. O una pesadilla. "Llevo más de 40 años viviendo aquí y nunca había visto algo parecido", afirmaba una veterana del barrio. "Hoy no te vas a pegar media hora dando vueltas", le gritaba un transportista a otro, en la acera de enfrente.

Y es que la alegría iba por barrios, casi en la misma proporción según fueran residentes o visitantes habituales, por trabajo o por cualquier motivo. Así, igual que José Luis, usuario de la carga y descarga, opinaba que "ya era hora" de hacer algo así porque "antes te podías pegar 30 minutos callejeando para parar y ahora es mucho más fácil encontrar sitio", otros como Jesús, vecino de la calle Santa Inés, consideraba que "lo que han hecho es de granujas y sinvergüenzas, porque este es un barrio obrero y ahora vamos a tener que gastar unos 50 euros al mes por hacer algo que antes salía gratis".

"Esto solo se explica por ese afán de recaudar que tiene el ayuntamiento", apostillaba Eduardo, dueño de un negocio en la calle Calatorao, quien argumentaba que "si fuera una zona donde hay muchos comercios o mucha actividad se entendería, pero aquí solo vive gente y con poco dinero". "Vamos a acabar teniendo que llevar el coche a Juslibol", añadía.

Pero lo que todo el mundo se preguntaba adónde habían ido a parar tantos coches, los que siempre tenían llenas las calles y que ayer habían abandonado a la carrera. "A los garajes", sentenciaba un vecino, que aseguraba conocer a "muchos que tenían sus plazas alquiladas y ahora las necesitan para no tener que pagar ellos". Hay medidas que cambian un barrio entero. Lo difícil es decidir qué imagen es mejor para él.