La Audiencia Provincial de Teruel ha condenado a un hombre, Miguel A. R., como autor de un delito de abuso sexual a dos años de prisión. El acusado admitió los hechos ocurridos el 25 junio del 2018 en las cercanías de un albergue de la localidad turolense de Cella.

El enjuiciado, vecino de Malgrat de Mar (Barcelona), se encontraba alojado en un establecimiento junto con su hija, la hija de esta y una amiga de la anterior. Hubo un problema y no pudieron acceder a su habitación ni el acusado ni la amiga de su hija, por lo que decidieron ir a dormir a la furgoneta que tenían aparcada en el exterior.

Fue entonces cuando el acusado introdujo sus dedos en la vagina de ella con el objetivo de satisfacer sus libidinosos instintos, provocando que ella se despertara al tiempo. La respuesta de la joven fue pegarle un puñetazo a la vez que le recriminaba su actitud.

Inmediatamente después, la víctima bajó de la furgoneta y se adentró nuevamente en el albergue, accediendo al mismo por la ventana por la que previamente habían salido ambos. Se dirigió a la habitación de su amiga y le contó todo lo sucedido con su padre.

Uno hechos que el encausado, defendido por el abogado Sergio Méndez, admitió ante el tribunal provincial. Previamente, la Fiscalía decidió rebajar la solicitud de condena inicial de seis años tras valorar que en el momento de la comisión del abuso sexual, Miguel A. R. tenía sus facultades psicofísicas notablemente mermadas a causa de la ingesta de bebidas alcohólicas.

Por todo, los magistrados decidieron dictar una sentencia in voce en la que determinaron los dos años de privación de libertad, así como con la accesoria de inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena. El fallo es firme, tras haber llegado a una conformidad la acusación pública y la defensa.

NO IRÁ A PRISIÓN

El abogado explicó que por ahora no tendrá que ingresar en prisión por sus circunstancias especiales, ya que tiene un principio de Parkinson y según la hija puede tener un poco de demencia senil, ya que «no tiene muy claro ni lo que pasó ni nada».

Esta sentencia se produce en la misma semana en la que el juez de Violencia sobre la Mujer de Teruel impuso una orden de alejamiento contra un hombre que, según el propio magistrado, «le metió mano» a una mujer durante las fiestas de las bodas de Isabel de Segura. Ella le respondió con un bofetón y con la denuncia ante la Policía Nacional que permitió su arresto. Todo ello ocurrió en una fonda de la capital.