La Audiencia Provincial de Zaragoza ha condenado a dos años de prisión a Bruno C. S. por orientar a una menor de edad, por entonces amiga suya, acerca de cómo prostituirse y buscarse clientes. Es la pena de cárcel que solicitaba el fiscal por facilitación de la prostitución a menores, por el que también acusaba, aunque en grado de tentativa, al que fuera su compañero de banquillo, Carlos Samuel M. M., que sin embargo ha sido absuelto al considerar los magistrados de la Sección Tercera que no hay suficientes pruebas para condenarle.

El ministerio público también pedía para el condenado una multa bastante superior a los 2.160 euros que finalmente le han impuesto, así como una indemnización de 1.000 euros para la víctima, que los magistrados han descartado en su resolución final. Aun así, el abogado de Bruno C. S., Nabil Germán Gorges, anunció que se plantea recurrir, ya que sigue observando en el fallo las mismas «contradicciones» en el testimonio de la víctima por las que ya solicitó la absolución de su cliente tras la celebración del juicio.

La joven, que cuando sucedieron los hechos tenía 17 años, narró durante el juicio algunos pormenores de una traumática infancia que la llevó a ejercer la prostitución antes de alcanzar la mayoría de edad.

EXAMIGOS / En aquel entonces frecuentaba la compañía de los dos acusados, entre otros amigos. Ellos no la empujaron a prostituirse ni fueron sus proxenetas -de lo contrario los delitos imputados hubiesen sido más graves-, pero al menos en el caso de Bruno C. S. sí se declara probado que le orientaron acerca de cómo conseguir clientes a través de anuncios por distintas vías.

Uno de los argumentos de defensa que emplearon en la vista fue que no sabían que era menor, algo que la joven descartó. Aunque admitió que por su aspecto y vestimenta, podía llevar a engaño a los desconocidos, los acusados eran amigos suyos (al menos por aquel entonces) y sabían perfectamente que aún no había cumplido los 18.

Durante la vista, Bruno C. S. hizo valer en su descargo su condición de homosexual, en el sentido de que no le interesaban las mujeres ni su relación con la prostitución. Algo que ya había apuntado antes la víctima, al relatar que él mismo ejercía la profesión y que en algún momento le propuso acompañarle para hacer un trío con otro hombre.

El testimonio de la joven y los acusados ya llevó al fiscal a rebajar sus pretensiones iniciales, ya que en un principio llegaba a pedir seis años de cárcel y multas más elevadas.