Óscar Eduardo Huto Chacha ha sido condenado a dos años de cárcel por abusar sexualmente de una joven cuando fue a entregarle un paquete, como mensajero, a su casa. Los jueces consideran que el empleado llegó a abusar de la mujer, aunque no llegase a haber penetración, pero lo hizo sin violencia ni intimidación, lo que distingue los abusos de la agresión sexual. Valoran igualmente que pagó por adelantado los 4.000 euros de indemnización que pedía el fiscal, y que no sabía que la joven padece una discapacidad mental del 34%, pues esta no se aprecia en un trato superficial.

Por todo ello fijan la pena en los citados dos años, notablemente menor a los hasta nueve años de cárcel que le pedían las acusaciones. Aún así, el letrado de Huto, el penalista José Cabrejas, anunció que recurrirá el fallo al Supremo para lograr la sentencia absolutoria que pedía.

Según consideran probados los magistrados de la Sección Primera de la Audiencia Provincial, Huto llegó al domicilio de la víctima, de 29 años, en noviembre del 2014. Ella estaba sola en casa. Tras entregar el paquete, el repartidor flirteó con ella, la besó y manoseó. Llegó a bajarle las bragas e intentó penetrarla analmente, mientras la chica le decía que se fuera. Entonces él le pidió que el besara el pene, lo que ella hizo para que se marchara. Y lo hizo, diciéndole que guardara el secreto.

Los jueces dan credibilidad al relato de la chica, corroborado por un chupetón en el cuello, que difícilmente pudo hacerse ella misma, y por la presencia de ADN de él en el ano de la víctima (de un escupitajo, para lubricar) donde además tenía una excoriación, presumiblemente por la presión ejercida. Los psicólogos avalaron que la joven no aparenta ser discapacitada, y también su verosimilitud. Juzgan adecuada la indemnización, frente a los 7.000 euros que pedía la familia, al no tener secuelas.