Dos arqueólogos se han sumado hoy en Ricla (Zaragoza) a la búsqueda del cadáver de Pilar Cebrián, después de que el Test de la verdad practicado a su supuesto asesino, su marido, Antonio Losilla, haya apuntado para un nevero como lugar donde pudo ser enterrada la víctima.

Estos arqueólogos, uno experto en excavaciones y otro en enterramientos, investigan en este nevero artificial, de ocho metros de profundidad, cuyos estratos están tratando de datar con el fin de acotar la búsqueda, teniendo en cuenta que Pilar Cebrián falleció presuntamente en abril de 2012, según han informado hoy a EFE fuentes de la Policía Nacional.

La investigación da credibilidad al resultado del test que se le hizo al supuesto asesino, en prisión provisional, si bien se baraja la posibilidad de que no se encuentren restos, según dichas fuentes.

Una treintena de agentes de distintas unidades de la Jefatura Superior de Aragón de la Policía Nacional y también de Madrid están desde anteayer buscando en este lugar, en un nevero situado a 200 metros de la casa donde vivía el matrimonio.

Pilar Cebrián, desaparecida en abril de 2012, fue presuntamente asesinada por su marido, Antonio Losilla.

En el interior del pozo han localizado varios cuerpos de animales muertos y todo tipo de residuos ya que en la actualidad este nevero ha perdido su uso original de mantenimiento y conservación de los alimentos y es utilizado como vertedero.

Este test de la verdad o prueba P300 fue realizada por primera vez en España a Antonio Losilla en el hospital Miguel Servet de Zaragoza con el objetivo de ayudar a la investigación a localizar el cadáver de su esposa, desaparecida en abril de 2012 y por cuyo asesinato fue detenido en octubre del pasado año.

El pasado jueves, el neurofisiólogo José Ramón Valdizán que realizó la prueba a Losilla llevó a cabo el mismo test a Miguel Carcaño, condenado por el asesinato de la joven sevillana Marta del Castillo cuyo cuerpo no ha sido encontrado cinco años después de su desaparición y tras las siete versiones diferentes aportadas por su asesino.