Una corta serie de monosílabos afirmativos, “sí, sí, sí”, han dejado claro esta mañana en la Audiencia de Teruel que los hermanos Pedro e Isabel Blasco Yunta acordaron asesinar a su madre Ángela, de casi 90 años, en marzo del 2017, en el pueblo turolense de Pozondón, y que durante dos años cobraron indebidamente la paga de viudedad de la víctima.

De hecho, el jurado popular que ha enjuiciado el caso no ha mostrado ninguna duda al emitir su veredicto de culpabilidad, que ha sido por unanimidad tanto por el asesinato como por la defraudación a la Seguridad Social.

El primero deberá cumplir 16 años de cárcel en tanto que autor del crimen, y su hermana a 8 años como cómplice, a lo que se une la pena de seis meses contemplada por defraudar 30.775 euros a la Seguridad Social, dado que hasta junio del 2019, cuando se descubrieron los hechos, siguieron cobrando ilegalmente la pensión de viudedad de su progenitora, a la cual habían emparedado en un armario tras intentar quemarla sin conseguirlo.

“Sí”, ha respondido escuetamente Pedro Blasco, en tono afligido, cuando el fiscal le ha preguntado si es cierto que el día de los hechos “decidió acabar con la vida de su madre”. Ángela sufría de Alzéimer, no podía moverse y tampoco veía. Además, era una fuente de molestia continua para los acusados, según ha dicho el ministerio público, que les acusa de ponerse de acuerdo para acabar con la vida de la progenitora.

Para cometer el crimen, Pedro aguardó a que se quedara dormida en su cama y la asfixió con una almohada, tras lo cual la colocó doblada en un armario que tabicó con yeso y cemento. Al notar que olía el cadáver, ha señalado un agente de la Guardia Civil que intervino en la investigación, trató de quemarla primero y, al ver que no podía, fue cuando decidió emparedarla.

"La pena que se me imponga será justa"

“Se aprovecharon de la enfermedad y de la movilidad reducida de la víctima para acabar con su vida”, ha dicho el fiscal, Benito Soriano, que aplica a los imputados la agravante de parentesco y la atenuante de arrebato u obcecación. Considera que es asesinato al darse la circunstancia de alevosía.

"La pena que me impongan será justa", ha dicho Pedro al término del juicio, celebrado ante jurado y en el que la Seguridad Social y Bankia pleitean por determinar quién asume el dinero defraudado, si bien la entidad bancaria sostiene que el ente público ha cobrado todo y solicita que se le compense con la cantidad restante en la cuenta de la víctima. El fiscal ordenó bloquear la cuenta que recibió ese dinero para hacer frente a gastos.

"Yo no he hecho nada", ha manifestado Isabel entre sollozos. Ambos parecían visiblemente arrepentidos y, de hecho, al haber mostrado desde el inicio del caso su voluntad de reconocer los hechos ha propiciado un acuerdo entre el fiscal y las defensas.