Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Zaragoza y Caspe han localizado en Maella una finca destinada a la cría de perros, en la que había 544 canes de ambos sexos, de distintas razas y edades, en condiciones higiénicas y sanitarias deplorables e investiga a la pareja responsable de la misma por un delito de maltrato animal.

El Seprona inició en marzo la investigación, denominada Spitz, ante la posible existencia de esta finca, que anteriormente había sido utilizada como explotación cunícola, dedicada a la cría de perros de diferentes razas y alquilada a una persona de nacionalidad británica.

El pasado 28 de mayo, se llevó a cabo una inspección en la misma, con la participación de inspectores técnicos del Servicio Veterinario Oficial de la Oficina Comarcal Agroalimentaria (OCA) de Caspe, en la que hallaron en cuatro ubicaciones distintas multitud de perros, de ambos sexos, diferentes razas, adultos y cachorros, en unas condiciones higiénico-sanitarias "deplorables", informa la Guardia Civil en un comunicado.

Dentro del vallado de la finca había muchos perros sueltos, con evidente falta de higiene, según las fuentes, y en el interior de la misma numerosos canes encerrados en pequeñas jaulas, de las utilizadas para la cría de conejos, con orines y heces acumulados, además de falta de agua y comida, así como evidente abandono de atención veterinaria y mala situación clínica.

En un habitáculo contiguo, los agentes encontraron jaulas similares con numerosas hembras junto a sus cachorros y condiciones igual de deplorables.

La Guardia Civil apunta que durante la inspección hallaron medicamentos veterinarios, algunos caducados y para cuyo uso es necesaria receta facultativa que no pudo aportar el responsable de los animales.

Fuera de la nave, los agentes localizaron un bidón metálico, lleno de cenizas, en cuyo interior hallaron huesos de animal e incluso un cachorro que había sido quemado recientemente.

En total, los especialistas del Seprona contabilizaron en la finca 544 perros (294 adultos y 250 cachorros), de razas bichón maltés, caniche, yorkshire, pomerania, chihuahua, shih tzu y ratonero valenciano, de los que 161 adultos no estaban identificados con microchip.

El propietario aportó a los agentes 138 pasaportes y cartillas sanitarias para animales de compañía, que se intervinieron para ser analizadas en dependencias oficiales, pero carecía de la autorización de núcleo zoológico y otros documentos necesarios para llevar a cabo la actividad de cría de perros.

Por todo ello, los agentes iniciaron la investigación de los dos responsables de estos animales, un hombre de 69 años de nacionalidad británica y una mujer rumana de 50, como presuntos autores de un delito de maltrato animal.

El Seprona ha propuesto una serie de medidas a adoptar con los perros hallados en la finca en aras a garantizar su bienestar y será el Juzgado de Instrucción número 1 de Caspe, al que se han remitido las diligencias del caso, el que determine cuáles se adoptan.