La Policía Nacional busca a dos menores como posibles causantes del incendio ocurrido anteayer por la tarde en una antigua harinera en el Camino de los Molinos de la capital aragonesa, entre los barrios del Picarral y San Gregorio. Varios testigos narraron cómo dos jóvenes, aparentemente de entre 12 y 15 años, salieron del recinto justo antes de que fuesen visibles las llamas. El fuego, que fue extinguido tras cinco horas de trabajo de los Bomberos de Zaragoza, no causó heridos.

Dámaso y Miguel, dos moteros del club No Surrender Spain, que tienen su local justo enfrente de la fábrica, vieron cómo el edificio prendía en llamas y se derrumbaba. «Parecía que se había apagado cuando saltó una llamarada de igual 300 metros, algo exagerado», explicó uno de ellos.

Pese a que no vieron a los chavales, un miembro de otro club, ubicado también a escasos metros de la fábrica, sí observó cómo entraban en el interior. Al verles, varios moteros de la zona les llamaron la atención y les echaron del edificio. «Los críos llevaban cara de susto y se echaron a correr», relató Miguel, que se enteró de la historia que le habían contado desde el otro club. «Al minuto del aviso empezó a salir humo y a los cinco ya había unas llamaradas increíbles», añadió.

Los sospechosos, de entre 12 y 15 años, según las fuentes consultadas, eran «una pareja, el chico llevaba una cazadora de color azul y la chica, de color rosa». No era la primera vez que veían a menores en la zona, de hecho era normal, explicaban, ver como entraba gente en el edificio abandonado. «A los chicos les hemos visto ya varias veces en el tejado, que se ha hundido por el incendio, y les hemos gritado para que se fueran», expuso el motero.

Jesús fue otro de los sorprendidos que estuvo presente y vio desde su puerta cómo ardía el bloque en llamas. «En el primer momento que salimos a ver qué pasaba, decían que habían sido unos niños que pasaban por ahí», contó el residente.

Por su parte, la Policía Nacional confirmó que está buscando a dos jóvenes que coinciden con la descripción, pero al cierre de esta edición no había detenidos. En el que caso de que fueran identificados y se constatara que son menores de 14 años, y por tanto inimputables, tampoco tendrían responsablidad penal en el caso de que se demostrase su autoría. Aunque sus familias sí podrían tener que pagar los daños.

OPERATIVO

En cuanto al operativo de extinción, todo apunta a que las llamas se iniciaron en un corral trasero. Los propios vecinos fueron los que avisaron sobre las 18.50 horas a los bomberos para alertar del siniestro. Estos intentaron entrar por distintos puntos de la fábrica, pero los muros de la infraestructura impidieron el acceso.

Por ello, tuvieron que romper las verjas que vallaban uno de los laterales y tirar abajo un muro por otro lado para acceder al interior. Actuaron con especial ahínco porque temían que pudiese haber gente dentro, ya que «en la fábrica había unas ventanas donde siempre había siempre ropa colgada», informó Dámaso, un motero. El riesgo de colapso, que finalmente no se produjo, obligó a cortar el tráfico en la zona durante las cinco horas de trabajo.

La fábrica de harinas amaneció ayer completamente destruida. Varios residentes se acercaron a lo largo del día para ver cómo había quedado el edificio. El tejado de la infraestructura se derrumbó por completo a los pocos minutos de que comenzase a arder el interior.