Dos religiosas aragonesas que están en Mozambique como misioneras han denunciado ante la embajada española en ese país y la ONG Amnistía Internacional la existencia de una supuesta red de tráfico de órganos de niños. Las hermanas, que pertenecen a la congregación de las Siervas de María, en la que hay otras tres españolas, han aportado a las autoridades un informe con fotos y vídeos donde aparecen cadáveres de niños a los que se les ha extraído algún órgano, por lo que han recibido amenazas y el embajador español les ha pedido que "tengan prudencia" y "sean cuidadosas".

Juliana Calvo y su hermana María Jesús nacieron en Zaragoza pero llevan más de 30 años en Mozambique trabajando como misioneras en un convento junto a otros dos hermanas de Cáceres, una de Madrid y otra brasileña. La sede de las Siervas de María se encuentra en una zona a 10 kilómetros de la ciudad de Nampula y a 700 kilómetros de la capital del país, Maputo.

Es precisamente en una finca situada cerca del convento donde estas religiosas han detectado el presunto caso de secuestro de menores y el posterior comercio de órganos. Según la publicación del Vaticano Zenit el convento estaría entre la finca donde llevan a las víctimas y el aeropuerto desde donde, presuntamente, trasladarían las cajas con los órganos, siempre por la noche. Esta cercanía a los presuntos traficantes hace también que el miedo de las misioneras sea mayor. La situación estratégica de la sede de la congregación es la que ha permitido a las hermanas recabar la información de los crímenes, tras los que podría haber un matrimonio "blanco", según cuentan las religiosas en su informe.

Nicanor, un hermano de las religiosas que reside en Zaragoza y que se comunica con ellas a través de internet, explicó que "en un principio fueron a las autoridades pero no les hicieron caso hasta que contactaron con la ONG Liga por los Derechos Humanos". Sin embargo, "ahora que se han dado cuenta de que de verdad está pasando algo les han avisado de que tengan cuidado".

NO ABANDONARAN Ahora las dos misioneras, y toda la congregación, temen por su seguridad tras recibir amenazas de muerte y ser víctimas, como mínimo, de cuatro emboscadas. Pese a todo, cuando se le pregunta a Nicanor sobre la posibilidad de que sus hermanas regresen a España, la respuesta es muy clara: "Morirán allí. Ya les han apuntado con una pistola en otras ocasiones y no han abandonado su misión".

El embajador de España en Mozambique, Luis Antonio Calvo, aseguró ayer, en declaraciones a Radio Zaragoza , estar al corriente de las amenazas, aunque explicó que esta institución no puede garantizar protección y por eso admitió haber pedido a las misioneras que "tengan prudencia y sean cuidadosas". Además, aseguró que la fiscalía del país está investigando, aunque todavía no ha llegado a ninguna conclusión. Pero la opinión de Nicanor es otra: "Lo que ocurre en Mozambique es un drama porque todos, hasta las autoridades, saben lo que pasa y no hacen nada por evitarlo".