Dos personas perdieron la vida ayer en la provincia de Zaragoza en otros tantos accidentes, uno de ellos en la N-II y el otro en la localidad de Ariza. El primero de los siniestros se produjo en el tramo sin desdoblar de la carretera nacional a su paso por el término de Pina de Ebro. El segundo tuvo como escenario la localidad de Ariza, cuando un coche que tenía el freno de mano con poca tensión o sin poner se desplazó y arrolló a su propietario, que estaba fuera.

El suceso de la N-II se registró por la mañana, cuando un turismo, por causas que se desconocen, invadió el carril contrario y colisionó frontalmente con un camión. Como consecuencia del impacto perdió la vida en el acto J. R. P. H., de 67 años, según indicaron fuentes de Tráfico.

A raíz de la colisión, la Guardia Civil tuvo que establecer paso alterno para evitar que se produjeran retenciones. Al ser domingo, había poco tráfico y no se llegaron a formar largas filas de vehículos.

Este nuevo accidente eleva a tres los muertos registrados en el tramo sin desdoblar de la N-II, entre Alfajarín y la localidad oscense de Fraga. Además, también se produjo otro siniestro mortal en el tramo casi urbano que corre paralelo a la Ronda Norte, a la altura del polígono industrial Malpica, el pasado 21 de marzo.

REIVINDICACIÓN

Recientemente, el día 27 del pasado mes, un vecino de Nuez halló también la muerte en el tramo sin desdoblar cuando su coche se estrelló contra un vehículo pesado. Con anterioridad, en enero, un hombre de 37 años halló la muerte en La Almolda en otro siniestro en el que dos vehículos colisionaron frontalmente.

La nueva muerte ha causado la natural conmoción en los pueblos situados en esta vía, que hace años que reclaman su conversión en autovía para aumentar la seguridad y poner fin a la sangría de vidas que se cobra la N-II todos los años.

El otro accidente mortal de ayer tuvo como escenario la localidad de Ariza, en el camino de acceso al cementerio. Por causas que se desconocen, el vehículo implicado se desplazó cuando no había nadie en su interior y arrolló a su propio conductor, J. M. L., que resultó muerto debido a la gravedad de las heridas.

Se investiga la causa del suceso, pero los primeros indicios apuntan a que el vehículo quizá no tenía puesto el freno de mano o estaba activado con tensión insuficiente para sujetar completamente el coche.