Dos agentes de la Policía Nacional en Zaragoza solicitarán cuatro años y medio de cárcel para un hombre por intentar agredirles con un destornillador durante una intervención policial, originalmente vinculada a la violencia de género.

La patrulla, de cinco integrantes, había acudido al lugar por un aviso de amenazas, pero el agresor, lejos de huir, arremetió contra un agente con la herramienta con la que al parecer estaba dañando el vehículo del novio de su expareja. Por ello los policías le piden la citada pena de prisión, por lesiones con instrumento peligroso en grado de tentativa y por atentado contra agente de la autoridad.

Los hechos por los que los agentes, a falta del escrito de acusación del fiscal, sentarán en el banquillo al detenido, ocurrieron el 19 de junio del año pasado, sobre las 22.00 horas. La patrulla acudió a la calle Muniesa, al recibir la sala del 091 un aviso porque había un hombre dañando un coche y amenazando a su propietario.

Tanto por estos daños como por el quebrantamiento de condena -el coche era del novio de su expareja, y se había acercado a casa de ella quebrantando una orden judicial- se deciden en otras causas judiciales, pero la acusación se centra en lo que sucedió tras la llegada de los agentes.

Según estos, representados por el letrado Joaquín Tortajada, el acusado, H. L. N. N., tras darle el «alto, Policía», no salió huyendo sino que, al acercarse los policías, se abalanzó sobre el primero esgrimiendo un destornillador de punta fina y le intentó apuñalar en el vientre, logrando esquivarle. De hecho, por esta esquiva se ha podido librar de una acusación bastante más grave, por intento de homicidio, ya que ni siquiera llegó a rozarle.

Tras el primer ataque, le redujeron y en el forcejeo lesionó a un segundo integrante del operativo de forma leve, por lo que se le suma el delito de atentado. Los dos lesionados piden algo más de 600 euros al detenido por las lesiones sufridas durante la intervención y los días (una semana en un caso, dos semanas en el otro) que estuvieron tratándose por ellas, aunque no les impidieron seguir trabajando.