La plaza San Francisco de Zaragoza amaneció ayer con un gran reventón que dejó sin abastecimiento de agua potable a los centenares de pisos y locales de todo el entorno. El incidente, ocurrido a las 7.15 horas, según fuentes oficiales del ayuntamiento, llenó de barro las aceras, calzadas y vías del tranvía y obligó a actuar a destajo para restablecer la normalidad cuanto antes. En el suministro y también en el tráfico, ya que la Policía Local se vio obligada a cortar el tramo del paseo Fernando el Católico, solo en sentido de salida de la ciudad, en dirección hacia La Romareda y Casablanca.

En realidad, fueron dos los reventones registrados durante la mañana en pocos metros de distancia. El primero, se produjo en la calle Corona de Aragón, muy cerca de la intersección con el paseo. Este interrumpió el tráfico y llenó de agua y barro el entorno, hasta la avenida Goya. No recuperaron el agua hasta 10 horas después, en torno a las 17.00 horas.

El segundo, de otra tubería distinta, se localizó muy cerca de las vías del tranvía, de la parada en la plaza San Francisco, y fue mucho más importante, aunque la línea no quedó interrumpida en ningún momento, según aseguraron las fuentes oficiales consultadas. Al principio, saltaron las alarmas porque la red de tuberías del eje de Gran Vía y Fernando el Católico se renovó precisamente con las obras de construcción de la línea Valdespartera-Parque Goya, pero luego se descubrió que en realidad era otra, una antigua y de fibrocemento de 100 milímetros que entronca con la nueva y que no fue sustituida en aquellos momentos.

NORMALIDAD // Pero esta es la que abastece a todo el entorno de la plaza San Francisco, hogares y locales, y calles adyacentes, como Giménez Soler o la propia Corona de Aragón, entre otras muchas. Hasta dos equipos de brigadas municipales trabajaban a destajo para recuperar la normalidad y el suministro. Pasadas las 21.00 horas, los técnicos decidieron adoptar una «solución provisional» taponando la tubería y dando suministro por otra vía, de manera que recuperaran el agua potable los vecinos del entorno.

Otra consecuencia se vivió en el tráfico. Los coches eran desviados a la altura de Tomás Bretón, obligando a dar un gran rodeo para sortear este tramo afectado de Fernando el Católico. Y también sufrió circulación densa todo el día la propia calle Corona de Aragón, afectada por el primer reventón y con la importante densidad de vehículos que soporta habitualmente.