El pleno de la Diputación de Huesca (DPH) ha aprobado hoy por unanimidad una propuesta de resolución que plantea la necesidad de compaginar la preservación de los entornos naturales con la realidad de los habitantes del medio rural afectados.

La iniciativa, de carácter institucional, insta al Gobierno aragonés y al resto de administraciones públicas con competencias en las materias planteadas a que "aseguren" las medidas sociales, medioambientales y económicas que permitan un desarrollo sostenible y la pervivencia en dichos entornos de sus habitantes.

El texto destaca que la actividad humana no tiene por que suponer la degradación del entorno ni afectar de forma negativa a la fauna y flora que, en muchos casos, tienen en la provincia de Huesca "uno de los últimos hábitats en los que sobrevivir".

En su intervención, el portavoz del PSOE en la institución, José Luis Gállego, ha hecho hincapié en el "alto valor" medio ambiental del territorio altoaragonés, pero ha incidido al tiempo en la necesidad de adoptar medidas de discriminación positiva que permitan la posibilidad de que los habitantes "puedan seguir viviendo en este medio rural".

Luis Arduña, de Cambiar Huesca, ha destacado que los ecosistemas naturales no sólo están formados por especies animales y vegetales, sino que integran asimismo al ser humano.

Por su parte, el portavoz del PAR, Luis Estaún, representante de la DPH en el Consejo de la Naturaleza de Aragón, ha explicado que el acuerdo sirve para ratificar la necesidad de que cualquier tipo de regulación medio ambiental tenga en cuenta la opinión de los habitantes de las zonas afectadas.

Una posición a favor de compatibilizar el desarrollo rural con la protección de los espacios naturales que también ha defendido en su intervención el representante del grupo del PP, José Antonio Lagüens.

La propuesta de resolución aprobada se deriva de una iniciativa presentada en un pleno anterior por el portavoz del PAR en la corporación altoaragonesa para denunciar la "falta de sensibilidad" de las administraciones al no tener en cuenta la opinión de los habitantes del medio rural a la hora de llevar a cabo regulaciones.

Los aragonesistas denunciaban en concreto las limitaciones que planteaba al desarrollo de la zona del Pirineo el plan de protección de la rana pirenaica, rechazado en el territorio afectado por "no realista" y ser planteado sin un consenso previo con el territorio.