La Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) aprobó ayer, por unanimidad, una propuesta de resolución presentada por Chunta Aragonesista en la que la institución muestra su "rechazo" al trasvase del Ebro. El promotor de la iniciativa, el diputado nacionalista Bizén Fuster, hizo referencia a que "algunos llevan el trasvasismo en sus genes", pero el PP, que consideró que la diputación no es el foro adecuado para debatir esa cuestión, acabó votando a favor tras recordar que fue su partido el que introdujo el concepto de reserva hídrica en el Estatuto de Autonomía.

La sesión plenaria de ayer, que guardó un minuto de silencio por las víctimas del 11-M, dio el visto bueno a una modificación presupuestaria de casi 16,8 millones que permitirán que la institución esté "en condiciones de dar una buena respuesta a la inversión y al gasto corriente de los municipios", según apuntó el presidente de la institución, Luis María Beamonte. Este punto del orden del día recibió el voto favorable del PAR y el PP, mientras que el el PSOE y Chunta se abstuvieron e IU votó en contra.

Para el representante de esta última formación, José Ángel Miramón, pueden existir "elementos de ilegalidad" en el reparto de los fondos. En su opinión, su distribución se caracteriza por "su discrecionalidad, su opacidad y la falta de objetividad".

Por el PSOE, Martín Llanas se refirió a las "expectativas bastante negras" que existen para los ayuntamientos socialistas de la provincia de Zaragoza. "Todos querríamos tener más disponibilidad presupuestaria", replicó el presidente de la DPZ, que aseguró que habrá otro plan de ayudas a los pueblos a lo largo de este ejercicio.

Asimismo, el PSOE pidió explicaciones por el hecho de que una delegación de su partido no pudo visitar hace poco el monasterio de Veruela, que está en obras para su reapertura como parador nacional. Beamonte explicó que, según los servicios técnicos, el complejo, como consecuencia de los trabajos, presenta dificultades de acceso.