Más de 140 dulces elaborados por más de una treintena de congregaciones religiosas de toda la geografía española se pusieron ayer a la venta en Zaragoza para recaudar fondos con los que hacer frente al mantenimiento de monasterios y conventos de clausura con siglos de antigüedad.

Se trata de la II Edición de Expoclausura en Zaragoza que, tras la buena acogida del año anterior, abrió ayer sus puertas en el centro comercial El Caracol, para hacer las delicias de los más golosos.

Muchos curiosos se acercaron hasta el lugar y no pudieron evitar comprar más de una caja de turrones, polvorones, mantecados, hojaldres, cocadas y trufas.

Este año, se han incorporado dos conventos oscenses a la oferta: el Monasterio Santo Nombre de Jesús en Barbastro, que ofrece sus dulces "princesitas" y "glorias" y el Convento de la Asunción de las monjas carmelitas de Huesca, con sus tradicionales pastas de limón. Se suman también las almendras reales del monasterio de la Inmaculada de Monzón, en Huesca.