Ellos saben hacer ruido, crear color e imaginar cualquier fantasía sobre el escenario. Es lo que tiene poner a Nacho Embid a imaginar un nuevo espectáculo para su Cabaret Burlesque. Esta semana muchos hablaban de su estreno. Había una cita programada y solo apta para los muy noctámbulos. Más de uno acudió con la cámara preparada (siendo Arte&Parte e inaugurando sección es lo que tocaba en esta ocasión).

Y llegó el día y la hora convenidas. La compañía Cabaret Burlesque, dirigida por Nacho Embid presentó en la Sala Royal de Zaragoza (Camino de las Torres, es decir el antiguo Café Hispano para quien no haya salido en los últimos años) su nueva producción. El montaje se llama Berlín, Berlín y desembarcó al fin (Berlín) ante un público deseoso de destapar su lado más canalla y divertido (cosa nada difícil de lograr en esta ciudad que también sabe ser divertirse cuando toca).

Con la complicidad de artistas como Marian Nadal, Alberto Beltran, Mel Sauve, Lolita Klein y Chus Andrade, Nacho sumergió al incondicional en su particular visión de famosos tugurios de la noche berlinesa de los años 30, como el Wintergarten, donde la Brecht y Marlene Dietrich hacían de las suyas.

Cabaret Burlesque, siguiendo su tradición implantada en anteriores producciones como Circus Eroticus, sorprendió --y aquí apunten como opinión de la parte firmante-- con una acertada receta de elegante varieté, y con ese buen condimento erótico, propio de la hora bruja en que desarrollan sus números.

Y ahora solo falta sumar información a la ya realizada recomendación. Todo sea por decirles que si quieren sentir en directo el ambiente de una época que hizo historia, con ese toque casi prohibido y clandestino que tuvo (y que retuvo), pueden reservar mesa para los sábados de noviembre y diciembre.