La cumbre del clima de Madrid está marcando las agendas de los líderes políticos de todo el mundo. También en Aragón se han sumado a la reflexión sobre el calentamiento global impulsando foros de debate en el maco de la Estrategia Aragonesa, aprobada hace unos meses. Las miradas están puestas en el Ebro, los purines y los coches eléctricos, pero la intención es ofrecer un marco global y directo. “Todas y cada una de las acciones públicas estarán inspiradas por la necesidad imperativa de hacer frente a esta amenaza que se cierne sobre el conjunto de la humanidad”, ha destacado el presidente de la DGA, Javier Lambán.

El socialista, que ha presidido en Zaragoza la primera reunión de este Consejo Aragonés del Clima, un órgano de carácter consultivo y asesor del ejecutivo enfocado a reforzar la gobernanza del cambio climático, impulsar las medidas de mitigación y adaptación al cambio climático en la comunidad, ha insistido en que no existe “ningún sector de la economía” en el que no se tenga que actuar en la prevención o la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero.

La áreas prioritarias de esta actuación, según ha quedado establecido, deberán ser el sector automovilístico (para caminar hacia el vehículo eléctrico), el agrícola (sobre todo por el efecto nocivo de los purines, pues el porcino es una de las industrias más potentes de la comunidad) y el río Ebro, como ejemplo de la gestión hídrica.

La directora general del ramo, Marta de Santos, celebró las actuaciones que ya se están tomando y avanzó que los planes se “sintetizarán entre todos”, pues la acción contra el cambio climático ya ha pasado de las buenas intenciones a la acción. “Lo importante es que todos los sectores de la sociedad aragonesa estén representados”, ha señalado. Aragón, dijo, “puede sacar pecho” en el cumplimiento de los compromisos.